Con 2023 en puerta, se anuncia que la transparencia va a perturbar a muchas empresas a medida que los reguladores y los organismos internacionales están apretando el acelerador para proporcionar mecanismos confiables que permitan a las empresas divulgar sobre los factores ambientales, sociales y de gobierno (ESG, por sus siglas en inglés).
Para hablar sobre estos cambios que revolucionarán la forma en que las empresas realizan sus divulgaciones, Sir Ronald Cohen, una importante figura pionera en la inversión social, y que aún preside el Grupo Directivo Global para la Inversión de Impacto (GSG) —una organización independiente que trabaja para promover la inversión de impacto en todo el mundo, con una red de 30 Consejos Asesores Nacionales que abarcan 35 países y regiones— comparte su visión sobre el impulso del nuevo sistema económico que se avecina.
Poner precio al impacto social y ambiental
Ronald Cohen coincide con el presidente de ISSB (Consejo de Normas Internacionales de Sostenibilidad) y exCEO de Danone, Emmanuel Faber, en que informar sobre las toneladas de carbono que emite una organización o el porcentaje de diversidad no habla el idioma que los inversores realmente entienden: Dólares.
Es por eso que, desde 2019, la Iniciativa de Cuentas Ponderadas por Impacto (IWAI, por sus siglas en inglés) trabaja en el desarrollo de un nuevo concepto: «Valoración de impacto», en otras palabras, poner una etiqueta de precio a los impactos positivos o impactos negativos que una empresa puede tener.
La propuesta consiste en emitir una serie de coeficientes para traducir las medidas de impacto (en términos de emisiones de carbono, contaminación del agua, beneficios para la comunidad, etc.) en un valor monetario, que luego aparecerá en las cuentas de una empresa, al igual que las pérdidas y ganancias.
En total, IWAI ha publicado 33 informes diferentes que, en conjunto, proporcionan un marco para evaluar el impacto de las empresas con base en los criterios ambientales, sociales y de gobierno. Retomando el trabajo de IWAI, la Fundación Internacional para la Valoración de Impactos de reciente creación se enfocará en estandarizar e implementar en la práctica la Iniciativa de Cuentas Ponderadas por Impacto en empresas de todo el mundo.
Valoración de impacto el nuevo concepto empresarial
Siguiendo con Ronald Cohen —quien se prepara para asumir el nuevo cargo de presidente en la Fundación Internacional para la Valoración de Impactos— las empresas no pueden seguir manejando grandes cantidades de capital, sin que los inversores conozcan cuál es el impacto de esa inversión.
De acuerdo con él, la transparencia va a perturbar a muchas empresas porque es una forma diferente de invertir una forma diferente de hacer negocios, que afecta a todas las clases de activos.
No obstante, el objetivo es ofrecer una gama de coeficientes que permitirá a los inversores generar impacto en el análisis financiero y la valoración de empresas de una forma mucho mejor que en la actualidad. Lo anterior facilitará que, al hablar sobre toneladas de carbono, gestión del agua y porcentajes de diversidad, tengan una declaración de impacto que muestre los ingresos y costos de la empresa, y luego, en términos monetarios, el impacto de sus operaciones y productos en el medio ambiente y sociedad.
La transparencia en las empresas está en aumento
Michelin, empresa francesa de neumáticos, es un ejemplo de acción voluntaria que ha sumado la valoración de impacto. Por ejemplo, utiliza el precio de 100 dólares por tonelada de carbono. El director financiero explicó que fue así como la gerencia, en toda la empresa, empezó a relacionarse mejor con la importancia de la sustentabilidad.
Entonces, cuando asignas un valor monetario al impacto social y ambiental de una empresa, ya sea negativo o positivo, es posible demostrar las verdaderas pérdidas o ganancias.
Es posible que la transparencia va a perturbar a muchas empresas, incluso hay quienes aún dicen que los impactos económicos sólo afectará a la industria de los combustibles fósiles, pero no es así. Las empresas que lo adopten estarán mucho mejor que aquellas que no lo reconozcan y luego se vean superadas, enfatizó Cohen.
Y cita el ejemplo de una empresa de alimentos: «Una empresa de alimentos con un contenido de azúcar muy alto está causando un daño medible a la salud de aproximadamente 7 mil millones de dólares al año, en comparación con los 5 mil millones de ganancias antes de impuestos. Si se compara con otra empresa, que vende fibra en lugar de azúcar, la otra empresa tiene un impacto positivo en la salud de 2 mil millones».
Así es cómo los inversionistas calcularán el crecimiento. Si una empresa como la primera quiere seguir creciendo, tendrá que reducir su contenido de azúcar, así como trabajar para cambiar su cartera de productos.
La transparencia va a perturbar a muchas empresas
De acuerdo con Ronald Cohen, la transparencia va a perturbar a muchas empresas que generan impactos negativos en la sociedad y medio ambiente. Es un cambio revolucionario que trajeron las generaciones jóvenes que no están de acuerdo con seguir consumiendo y trabajando con empresas que no muestran Responsabilidad Social Empresarial (RSE) y luego se extendió a los inversores. Y, actualmente, se ha convertido en un tema prioritario de conversación.
En todo este camino, la tecnología ha jugado un rol importante. La big data, el aprendizaje automático, la nube y la inteligencia artificial han hecho posible medir el impacto de las empresas. Y, si bien aún existe cierto rechazo político —como el caso del Partido Republicano en EE. UU.— cada vez será más claro que invertir en combustibles fósiles no proporciona beneficios para nadie.
Es cierto que la transparencia va a perturbar a muchas empresas porque comienza a brindar información sobre los problemas sociales a los que se enfrenta la humanidad, pero también puede otorgar ganancias, al proporcionar incentivos en torno a mejoras positivas como la restauración de la biodiversidad o la eliminación de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero.
