Se trata de una excelente noticia para todos los animales víctimas de los experimentos para nuestros cosméticos, quienes a partir de ahora ya no tendrán que pasar por esta práctica cruel. Si desde el 2013 la venta de cosméticos probados en animales estaba prohíbida en la Unión Europea, la ley no se aplicaba a los productos de belleza importados de países en los que este tipo de experimentos siguen siendo practicados.
Por ese motivo, la Asociación de Defensa de los Animales, Peta, realizó a principios de año un estudio que demuestra que 250 marcas de cosméticos francesas, o marcas cuyos productos se vendían en Francia, seguían recurriendo a estas prácticas. La asociación elevaba a 27 000 el número de animales utilizados para estos experimentos cada año. Experimentos crueles que llegaban incluso a quemar la piel o los ojos de estos pequeños animales.
El estudio de Peta demostraba que varias marcas evadían fácilmente la ley del 2013 y seguían importando sus productos. Gracias al fallo de la Corte de justicia de la Unión Europea del 21 de septiembre del 2016, que prohíbe el acceso al suelo europeo a cualquier producto probado en animales, se ha dado un gran paso en esta lucha. Así, el texto menciona que “el derecho de la Unión no establece ninguna distinción sobre el lugar en que dichos experimentos han tenido lugar”.
Técnicas más modernas
Por otra pare, la decisión de la institución intenta “promover el uso de métodos alternativos” a los experimentos con animales. Hoy en día, existen varias técnicas para probar productos, sin tener que recurrir a seres vivos.
Por ejemplo, ya está un poco avanzado el desarrollo de la piel artificial. L’Oréal desarrolla por su parte la reconstrucción de fragmentos de tejidos humanos: este es el objetivo del laboratorio Episkin, con sede en Lyon. En un artículo que data de principios de año, Le Monde predecía también un buen futuro para la industria de la bioimpresión en 3D, es decir, la impresión con láser de células vivas, una técnica cara y complicada, pero que está en proceso.
Dicho de otro modo, las marcas pueden evitar recurrir a nuevos productos químicos que requieren la experimentación y así privilegiar a los productos naturales, que al final son posiblemente mejores para el consumidor. Un estudio realizado por el instituto Nielsen en el 2015 demostraba que la mención “no probado en animales” era el argumento de venta número 1 para los usuarios. Así, todo el mundo está contento.
La Unión Europea, India, Israel y Noruega son los cuatro territorios que prohíben la experimentación animal en su territorio. Esperemos que la lista siga creciendo.
Fuente: Konbini