Se llama migración a aquel desplazamiento de una población o persona que se produce desde el lugar de origen a otro destino, e involucra un cambio de residencia habitual. Esta actividad es impulsada por diversos motivos: económicos, acceder a un mejor trabajo, vivir en un lugar más seguro, entre otros.
Sin embargo, la migración se ha convertido en una problemática social, ya que si bien existe la libertad de tránsito, es decir, que toda persona tiene derecho a entrar y salir de la República Mexicana por ejemplo, así como viajar y mudarse de residencia sin necesidad de documentos como pasaporte, la migración involucra una serie de regulaciones, que en ocasiones se tornan complejas, sobre todo entre los países.
México es uno de los países que enfrenta un mayor número de temas relacionados con la migración, ya que además de ser sus habitantes quienes han buscado migrar al país vecino, también es el paso de personas originarias de Sudamérica que en muchas ocasiones se quedan varadas en el país en busca del «sueño americano», ante ello, recientemente se ha renovado uno de los acuerdos más inquietantes de la era del ex presidente Donald Trump: «Quédate en México».
¡Quédate en México!
De acuerdo con El Economista, se ha reanudado el programa Protocolos de Protección a Migrantes (MPP, por sus siglas en inglés), conocido popularmente como «Quédate en México», el cual es un acuerdo entre México y Estados Unidos que fue instaurado en el 2019 por el entonces presidente Donald Trump y, este año se renueva.
A través de él, México se compromete a no retornar a sus países de origen a aquellas personas migrantes que soliciten asilo al gobierno estadounidense y, en tanto, se defina su situación migratoria permanecerán en México.
De hecho, el gobierno mexicano señala que el acuerdo se realiza por razones humanitarias y resaltó que:
El Gobierno de los Estados Unidos ha comunicado al Gobierno de México que atenderá todas las preocupaciones de índole humanitaria.
Secretaría de Relaciones Exteriores.
En especial, vigilar el cumplimiento de las sección 235(b)(2)(C) de su Ley de Inmigración y Nacionalidad (INA, por sus siglas en inglés) entre las que destacan los siguientes puntos:
- Mayores recursos para albergues y organizaciones internacionales.
- Protección para grupos vulnerables.
- Consideración de las condiciones locales de seguridad.
- Capacidad de albergue y de atención del Instituto Nacional de Migración.
- Medidas contra la COVID-19: revisiones médicas y la disponibilidad de vacunas.
Por su parte, el gobierno mexicano incluye en sus compromisos:
- Concluir los procedimientos dentro de seis meses del retorno de un individuo a México.
- Vacunación contra COVID-19 para todos los inscritos al programa.
- Mejorar los principios de no devolución.
El programa «Quédate en México», si bien se argumenta que es realizado bajo condiciones y razones humanitarias, esto no queda del todo claro. Desde 2019 el programa fue cuestionado y con su renovación vuelve a estar en el centro del debate.
¿Razones humanitarias o freno migratorio?
De acuerdo con la Comisión Mexicana de Ayuda al Refugiado (Comar), de enero a noviembre, en México se han recibido 123,187 peticiones de asilo para que las personas migrantes puedan quedarse en México.
La migración es un acto cotidiano en México, y ya no solo como expulsor de migrantes, sino que es el paso de personas migrantes e incluso destino. Y tal como se ha observado, las condiciones en las que estas personas realizan su tránsito no son humanitarias.
Una de las críticas más claras al programa «Quédate en México» radica en que los migrantes tardan meses en recibir una respuesta sobre su estatus migratorio. Además, de acuerdo con Human Rights First:
Se han reportado más de 1.500 casos de violaciones, secuestros y torturas en contra de migrantes que esperaban en México a ser admitidos en Estados Unidos.
Estas solo algunas de las situaciones a las que se enfrentan las personas migrantes, y que están muy lejos de los derechos humanos. Desafortunadamente quienes enfrentan los problemas con la población migrante y quienes tienen que dar respuesta a esta población son los gobiernos locales.
Como ejemplo, El Chaparral —campamento de personas migrantes ubicado en Tijuana— en que viven cerca de 700 personas migrantes, 55% de origen mexicano y el resto proveniente de Colombia, Brasil, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, y una persona de Estados Unidos.
Se destaca este campamento por las condiciones poco dignas en la que han vivido cientos de personas durante meses, y que si bien existen recomendaciones de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, la ciudad de Tijuana es la que tiene que responder y dar solución a esta problemática.
Situación que parece se agudizará pronto con el programa «Quédate en México», y que más que brindar seguridad sobre derechos humanos, otorga incertidumbre a las personas migrantes, así como desconfianza entre la sociedad en general.
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