El alumbrado público revolucionará vecindarios y ciudades con una tecnología inalámbrica para iluminar solo cuando sea necesario
Imagínate que las lámparas de tu calle supieran cuando te aproximas. Podrían anunciar tu llegada desde la distancia.
Si estuvieras en una cita, ayudarían a crear un ambiente romántico. Anunciarían la llegada del Año Nuevo con efectos deslumbrantes, cambiarían de color voluntariamente e incluso avisarían por adelantado que el foco está a punto de fundirse.
No, para nada es algo futurista, en muchas localidades de Europa, las lámparas ya son mucho más que un simple tema de conversación.
El sistema se llama Tvilight. Lo inventó el diseñador Chintan Shah, mientras era estudiante en la Universidad Tecnológica de Delft, en Holanda. Al viajar al extranjero, pudo notar que calles vacías y desoladas seguían iluminadas en medio de la noche.
«Empecé a investigar», dice. «Me preguntaba: ‘¿Por qué están prendidas? ¿Cuánto cuesta? ¿Es un problema?’. Y descubrí algunas cifras impactantes».
Shah descubrió que Europa paga más de 13,000 millones de dólares al año (más de 160,000 millones de pesos) para iluminar las calles, lo que representa más del 40% de los recibos de energía del gobierno.
Equivale a 40 millones de toneladas de emisiones de CO2 anuales, suficientes para dar energía a 20 millones de automóviles. Su solución fue crear un sistema de iluminación inteligente que utiliza sensores inalámbricos. Las lámparas solo se encienden en la presencia de una persona, de una bicicleta o de un automóvil, y se mantienen con luz tenue el resto del tiempo.
Shah también ha desarrollado la tecnología que distingue entre personas y animales pequeños, como gatos o ratones, lo que evita que se enciendan innecesariamente.
«Pensé, ‘¿por qué cada ciudadano debe pagar por las lámparas que no se utilizan?’ Ahora tenemos una solución».
Motivado por sus profesores, Shah registró el concepto en un concurso de la Universidad y ganó. Delft le permitió utilizar sus instalaciones y le otorgó un apoyo financiero para crear y realizar una demostración en el campus. Desde entonces, Tvilight ha sido implementado en cuatro localidades de Holanda y una en Irlanda.
«Tenemos solicitudes de Israel, Turquía, Estados Unidos, Australia, India y Japón. El problema no es la falta de demanda, sino la capacidad del equipo para ofrecer una solución a nivel mundial», dice.
Shah estima que el sistema recortará los costos de energía y emisiones de CO2 en un 80% y el mantenimiento en otro 50%, gracias al sensor inalámbrico integrado que alerta a un control central sobre el momento indicado para su reparación.
El propósito principal de Tvilight es conservar energía, pero cuando CNN invito al artista holandés Daan Roosegaarde a ofrecerle consejos a Shah, indicó que la tecnología tiene un potencial artístico.
«¿Cómo podemos usar la tecnología para hacer los ambientes más humanos, más sustentables y más naturales?», se pregunta Roosegaarde.
«Queremos pensar que es como tu amigo, un animal o una especie de objeto que hace cosas que tú no sabes. No es solo una máquina con retroalimentación, sino algo que tiene inteligencia propia y está dispuesto a negociar, a tratarte de la misma manera en que lo tratas».
Por ejemplo, una ambulancia o un carro de bomberos podría comunicarse con las lámparas para hacerlas parpadear en rojo antes de pasar por ahí.
«Podría ahorrarle a la ambulancia dos minutos debido a que las luces le indicarían a todos que está a punto de pasar por ahí y podrían hacerse a un lado más rápidamente, debido a que dirigimos las calles y controlamos las lámparas», dice Shah. «Podría salvarse una vida».
Roosegaarde sugiere que los usos podrían ser «pragmáticos o súper poéticos».
«Imagina que puedo desarrollar un software para que las luces hagan algo especial cuando estás en una cita, así tendría un boulevard de luces interactivas», añade.
Dependiendo de la ocasión, las lámparas podrían parpadear y cambiar de color para crear cualquier cantidad de diseños. Shah vislumbra que durante un evento deportivo en vivo, la calle podría informar el marcador.
«No se trata solo de ahorrar electricidad, no se trata solo del medio, sino del mensaje y lo que quieres generar con él», dijo Roosegaarde.
Fuente: CNN