- Creerse inmortal, inmune o de plano indispensable: esto lleva a descuidar chequeos regulares, además convierte a los líderes en «amos y maestros» que creen estar por encima de otros. El antídoto a esta enfermedad es la humildad.
- Estar demasiado ocupado: la persona que se enfoca demasiado en el trabajo y olvida descansar sufre de estrés y agitación. Por eso todos deben tomarse tiempo para su familia, lo que funcionará para recargar pilas.
- Tener el «corazón de piedra»: los líderes que pierden su serenidad interior, su sentido de alerta y de audacia dejan de servir a la comunidad, perdiendo la sensibilidad para llorar con quienes lloran y alegrarse con quienes se alegran.
- Planear demasiado: cuando un líder planea todo hasta el último segundo se convierte en un contador o administrador. No hay que eliminar el espacio para espontaneidad.
- Mala coordinación: si los líderes no crean una comunidad armoniosa entre ellos se pierde el equilibrio. Los miembros del equipo deben trabajar on un espíritu de camaradería.
- Perder la memoria: no hay que olvidar a quienes le ayudaron a crecer y ascender, a quienes fueron mentores y apoyo en el camino.
- Rivalidad y vanagloria: cuando los títulos, beneficios y apariencias se convierten en la razón de vivir, los líderes olvidan que su principal labor es velar por los intereses de otros.
- «Esquizofrenia intelectual»: el papa llama a esta «la enfermedad de quienes vivien una doble vida fruto de la hipocresía», que con frecuencia ataca a personas con altos cargos que ya no están en contacto con otros colaboradores ni con la realidad.
- Los chismes: a veces comienzan simplemente con una conversación banal, pero pueden convertirse en «un asesiono a sangre fría del buen nombre de colegas.»
- Idolatrar a superiores: la enfermedad de quienes cortejan a sus jefes, honrando a personas y no a la organización.
- Indiferencia a otros: cuando el líder piensa solo en sí mismo, perdiendo la sinceridad y la calidez de las relaciones humanas genuines.
- Falta de sentido del humor: las personas que son siempre serias, mostrando un rostro severo y tratanto a otros con rigor y arrogancia. Un líder debe ser cortés, sereno y entusiasta.
- Acaparamiento: se da cuando un líder acumula bienes materiales no por necesidad sino para sentirse seguro.
- Círculos cerrados: cuando al pertenecer a un pequeño grupo se pierde el sentido de identidad compartida y los líderes se vuelven contra «los de afuera».
- Extravagancia: sucede cuando un líder convierte su servicio en poder, usándolo para obtener bienen materiales y más poder.
El papa Francisco es considerado uno de los mejores líderes del mundo, ya que su influencia llega más allá de la iglesia católica, una institución que se ha comprometido a modernizar.
Recientemente, dio un discurso dirigido a la curia romana, en el que detalló «las 15 enfermedades» que pueden padecer quienes están en posiciones de liderazgo. Gary Hamel, experto en negocios, escribió en Harvard Business Review que sus consejos pueden aplicarse al mundo empresarial porque después de todo «la iglesia católica es una burocracia, una jerarquía de personas con buen corazón pero almas que no son perfectas.» Es por esto que «tradujo» las palabras del papa a un lenguaje que es comprensible para cualquier organización:
Hola María José: Me llega expok desde hace algún tiempo y me parece una alternativa muy interesante para quienes nos interesan los temas de responsabilidad social. Actualmente apoyo a una ONG (Yoliguani) en la parte de difusión, soy comunicóloga y me interesaría saber si hay posibilidad de colaborar con ustedes. Si es así me gustaría ver si podemos tener una entrevista. Aquí arriba está mi mail
Saludos
Mil gracias
Responsabilidad Social! Sí que la ejerce el Papa Francisco!
Gracias por compartir!