La minería en todas sus formas es una actividad insustentable, depredadora del medio ambiente y de las culturas locales, y está siendo impuesta de forma violenta por las compañías trasnacionales que se dedican a esta actividad.
Así lo advirtieron los participantes en el foro Territorio y pueblos indígenas en la mira de la explotación minera, organizado ayer por diversos colectivos ambientalistas y civiles en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Uno de los casos abordados fue el de la compañía de origen canadiense First Majestic Silver, que obtuvo 35 concesiones para explotar minas de oro y plata en Wirikuta, lo que pondría en grave riesgo a esta región sagrada para el pueblo wixárika.
Santos de la Cruz Carrillo, integrante del comisariado del pueblo Banco de San Hipólito, en el municipio duranguense de Mezquital, hizo un recuento de la forma en que la mencionada empresa ha afectado la zona donde los indígenas huicholes han peregrinado durante siglos en busca de peyote.
Las actividades de la mina no se han detenido a pesar de que se trata de una zona natural protegida desde 2004, y que en 2008 el presidente Felipe Calderón y cuatro gobernadores ratificaron el compromiso de cuidarla, lamentó.
Con el apoyo de varias organizaciones sociales, crearon hace unos meses el Frente en Defensa de Wirikuta, y exigen que el gobierno federal cancele de inmediato las concesiones otorgadas a First Majestic Silver.
El articulista de La Jornada Gilberto López y Rivas señaló que el embate de las trasnacionales no ha sido únicamente contra los recursos naturales de los pueblos indígenas, sino también contra sus conocimientos tradicionales y sus formas de organización social.
Estamos en medio de un conflicto civilizatorio que nos obliga a tomar partido. Las comunidades se están enfrentando no sólo a la delincuencia organizada, sino también a las empresas y los gobiernos que buscan despojarlas de sus riquezas, alertó.
Sergio Serrano, presidente de la organización Pro San Luis Ecológico, recordó las circunstancias que llevaron a la compañía Minera San Xavier a devastar el cerro de San Pedro en busca de nuevos yacimientos de oro y plata, lo que pone en riesgo a todo el valle de San Luis Potosí.
De forma tajante, el activista subrayó que todas las formas de la minería son nocivas y afectan seriamente la viabilidad ecológica de los lugares donde se llevan a cabo, ya que en la actualidad se utilizan químicos y técnicas muy agresivas.
En el foro, al que también acudieron representantes de la policía comunitaria de la Costa Chica de Guerrero, y de comunidades afectadas por minas en Chicomuselo, Chiapas, se enfatizó que la única forma de resistir este proceso de reconquista es organizarse y no permitir la entrada de las compañías a los pueblos.
Fuente: La Jornada.unam.mx
Articulista: Fernando Camacho.
Publicada: 13 de abril de 2011.