Con motivo de su visita a la Argentina, tuvimos la posibilidad de entrevistar a Mayu Ávila, Directora Regional de Sustentabilidad Corporativa de HSBC para Latinoamérica.
En una amena charla, nos explicó claramente su visión sobre la sustentabilidad, el medio ambiente y el rol de las mujeres en la sociedad actual.
¿Cuál es la Estrategia de Sustentabilidad de HSBC para Latinoamérica? ¿Hay algunos puntos que se desarrollen especialmente en Argentina?
– Para nosotros, esta trayectoria de desarrollo de la sustentabilidad comenzó con la filantropía. Todo empezó con acciones de filantropía, como donar cheques a determinadas instituciones. Luego comprendimos que había que formalizar esto, lo que llevó hacia la Responsabilidad Social Empresarial, por ejemplo con programas de apoyo a las comunidades. Pero en los últimos años, se consideró llevar a la Responsabilidad Social a una etapa de Sustentabilidad Corporativaporque es granítica dentro de lo que es la Estrategia de Negocios del Banco. ¿Qué significa esto? Que no somos un área ajena, independiente o excluida del día a día del banco; sino que más bien somos una línea transversal que busca cimentar la sustentabilidad a lo largo y ancho del Banco.
Ejemplo: El corazón de cualquier institución financiera es prestar dinero, entonces ¿cómo podíamos llevar la Sustentabilidad al otorgamiento de créditos? Eso lo hemos hecho a través de los créditos arriba de diez millones de dólares, donde introdujimos un sistema de valorización del riesgo de sustentabilidad que implica que yo ya no solamente leo un balance para ver si financieramente el deudor va a poder pagar, sino qué tipo de impacto va a tener tanto en la sociedad como en el ambiente el crédito que nosotros le vamos a dar a esa compañía, a esa empresa.
De esa forma también, dentro de la parte de productos, constantemente estamos evaluando qué elementos característicos de Sustentabilidad podrían acompañar un nuevo producto que se presente al mercado objetivo. Tenemos -por ejemplo-tarjetas de crédito, un producto tradicional del Banco, donde los puntos que otorgamos pueden canjearse por “puntos verdes”, que son aquellos que se cambian por productos que vienen a complementar los esfuerzos que todos debemos estar haciendo para combatir el cambio climático como focos LED y calentadores de agua solares. Otro ejemplo en Argentina ha sido la migración de los clientes hacia una plataforma online, sin necesidad de consumir papel para el manejo de sus cuentas corrientes ya que no reciben documentos impresos.
A parte de nuestras operaciones, desde el Banco debemos cuidar la huella ambiental de lo que hacemos. Por lo tanto, somos muy conscientes de disminuir el consumo de energía, de disminuir el nivel de viajes que realizamos principalmente en aéreos, de analizar qué tratamiento le estamos dando al papel. Fuimos el primer Banco del mundo en ser Carbono Neutral. Todos estos compromisos abarcan la totalidad del negocio.
¿Cómo fue ese proceso hasta llegar a convertirse en una compañía con Carbono Neutral?
– Ha sido una forma de visualizar nuestro compromiso como un buen ciudadano del mundo. Es decir, cómo podíamos nosotros colaborar ante una realidad como el cambio climático, no sólo como un ejemplo sino como una guía. Tenemos un Centro de Análisis e Investigación del Cambio Climático, donde trabaja uno de los investigadores más reconocidos en la temática llamado Nick Robins.
Nuestros procesos fueron en primera medida tratar de reducir, tratar de reciclar y en última instancia reutilizar. El Banco viene haciendo esfuerzos grandes, y esto ha llevado por ejemplo a que el Banco invierta fuertemente en sistemas de comunicación internacional que permitan disminuir viajes. Yo levanto un auricular en mi oficina, pulso Londres y me aparece la cara de mi jefe hablándome; o selecciono realizar una teleconferencia con representantes de Argentina y Brasil simultáneamente. Hay centros de teleconferencia cada vez más avanzados y con mayor capacidad, que si bien son caros, HSBC los utiliza con el convencimiento de la contribución al manejo de la huella ambiental.
Otro ejemplo de esa contribución está aquí en Argentina. Invertimos en edificios que han sido certificados LEED (Leadership in Energy & Environmental Design). El edificio de Barrancas de Lezama adquirió la Certificación Oro.
Para finalizar, ¿Cómo analiza el rol de la mujer dentro del mundo empresarial? ¿Considera que existe una tendencia a que existan cada vez más mujeres ocupando puestos gerenciales?
– Totalmente. Yo fui la primera mujer Presidente de un Banco en El Salvador, y necesité ir rompiendo techos de vidrio. Actualmente yo siento ya no es tanta esa necesidad. Cuando comencé a estudiar Derecho éramos sólo cuatro mujeres en las aulas; varios años después yo di clases y más de la mitad de las alumnas son mujeres. Es decir, hoy ya no es una gran problemática la posibilidad de acceso a la educación para las mujeres.
Hoy la problemática está en poder encontrar un balance familia – trabajo, y cómo dentro de las organizaciones nosotros podemos coadyuvar a que la mujer encuentre la flexibilidad necesaria para continuar como profesional, teniendo los éxitos que merece; y, a la misma vez, poder ocuparse de su familia en una sociedad que va cambiando, donde los roles del padre y la madre cada vez se complementan más.
Sin embargo, considero que el nombramiento y la selección de mujeres se reducen cada vez más a medida que se va subiendo en los grados de responsabilidad. Encontramos mayor presencia masculina a medida que vamos ascendiendo.
Otro tema que tiene mucho que ver es la percepción de la sociedad ante el embarazo de una mujer. En el proceso de selección se puede creer que dado a que podría quedar embarazada, va a tener ausencias de la empresa y por esa mala percepción se eliminan candidatas.
Otra circunstancia se relaciona con los estilos de liderazgo. Diferentes estudios y análisis académicos van demostrando cómo el tener una empresa con una mezcla de diferentes estilos de liderazgo le es más favorable. Las empresas más exitosas actualmente son aquellas que tienen una diversidad fluida en sus mandos más altos. La globalización nos obliga a estar mejor conectados y comprender mejor las distintas culturas que cada vez se interconectan más.
Fuente: IARSE