El valor del mercado mundial de los combustibles fósiles está a punto de derrumbarse en casi dos tercios, lo que crea un mayor riesgo económico para las empresas, los mercados financieros y los países que no adopten nuevas tecnologías de baja emisión de carbono.
Carbon Tracker señala que la creciente demanda y el aumento de la proporción de energía de las energías renovables, ha hecho que la demanda de combustibles fósiles disminuya rápidamente. La disminución también se ha visto agravada por la pandemia por COVID-19.
El Banco Mundial había valorado las ganancias del petróleo, el gas y el carbón hasta llegar a 39 billones de dólares, pero Carbon Tracker ha afirmado que las ganancias futuras se derrumbarán en casi dos tercios hasta llegar a 14 billones de dólares si se cumplen ciertos criterios. Carbon Tracker señala que la principal disminución de las ganancias sería causada por la caída de la demanda de combustibles fósiles en un 2% anual, de acuerdo con las necesidades del Acuerdo de París.
El crecimiento de los combustibles fósiles ya se medía por debajo del 1% anual, a medida que la tecnología limpia disminuye en precio y mejora la eficiencia para proporcionar energía en todo el mundo. Sin embargo, el sector de los combustibles fósiles se ha visto afectado por el coronavirus y la Agencia Internacional de la Energía ha advertido que la demanda disminuirá un 9% en 2020.
Carbon Tracker advierte que cualquier productor de petróleo o gas que intente volver a la «normalidad» podría arriesgar más de 100 billones de dólares en beneficios potenciales.
El impacto se sentirá en múltiples niveles. Las empresas del sistema de combustibles fósiles tienen un valor de 18 billones de dólares en acciones cotizadas, lo que representa un cuarto del valor del mercado de valores mundial. También representan 8 billones de dólares en bonos corporativos, que es más del 50% del mercado de bonos corporativos no financieros.
Carbon Tracker advierte que las empresas, los mercados financieros y las naciones – Arabia Saudita, Rusia, Irak, Irán, Venezuela, Ecuador, Libia, Argelia, Nigeria y Angola – se enfrentan a riesgos financieros al seguir apostando por los combustibles fósiles.
Advertencia para los inversores
Los inversores también se verán afectados y Carbon Tracker señala que se dispondrá de menos capital para el pago de intereses y dividendos. En el Reino Unido, por ejemplo, el sector del petróleo y el gas generó el 24% de los dividendos del Índice FTSE en 2019.
A principios de este año se reveló que los mayores bancos de inversión del mundo han canalizado más de 2.2 billones de libras esterlinas (2.66 billones de dólares) en combustibles fósiles desde el acuerdo de París, lo que hizo que se les advirtiera que no estaban respondiendo a la crisis climática.
Las compañías de petróleo y gas también han gastado 40,500 millones de libras esterlinas (50.000 millones de dólares) en proyectos de inversión que socavan el Acuerdo de París, señala Carbon Tracker, advirtiendo que las grandes compañías corren el riesgo de desperdiciar 1,8 billones de libras esterlinas (2,2 billones de dólares) en activos bloqueados para el 2030.
El estratega de energía de Carbon Tracker, Kingsmill Bond, dijo:
Estamos siendo testigos del declive y la caída del sistema de combustibles fósiles. La innovación tecnológica y el apoyo a las políticas están impulsando el pico de la demanda de combustibles fósiles en un sector tras otro y en un país tras otro, y la pandemia por COVID-19 ha acelerado esto. Es posible que ahora hayamos visto el pico de la demanda de combustibles fósiles en su conjunto.
Se trata de una enorme oportunidad para los países que importan combustibles fósiles los cuales pueden ahorrar billones de dólares al pasar a una economía de energía limpia de acuerdo con el Acuerdo de París. Ahora es el momento de planificar una reducción ordenada de los activos de combustibles fósiles y gestionar el impacto en la economía mundial en lugar de tratar de mantener lo insostenible.
Carbon Tracker ha advertido recientemente que China, los Estados Unidos, la India y las naciones europeas corren el riesgo de que se les impongan planes antieconómicos a largo plazo para estimular sus economías en respuesta al brote de coronavirus, centrándose en la nueva capacidad de producción de carbón.
El grupo de expertos financieros analizó el flujo de caja subyacente del 95% de las centrales de carbón en funcionamiento y previstas en todo el mundo, señalando que los subsidios gubernamentales se destinarán a apoyar casi 500 GW de nuevas centrales de carbón en todo el mundo con un coste de 638.000 millones de dólares. Estas cifras podrían aumentar aún más, ya que China ya ha expresado su interés en construir más plantas para estimular su economía tras la crisis financiera causada por la COVID-19.
Otro informe de Carbon Tracker encontró que las centrales eléctricas de carbón en la UE se están volviendo cada vez menos rentables, ya que han sufrido pérdidas por un valor de 6.600 millones de euros.