A medida que una gran cantidad de información sobre salud se apodera de las diferentes pantallas en nuestra vida, y de nuestra mente, es cada vez más común que nos invada la preocupación sobre el contenido de los alimentos que dejamos entrar a nuestro cuerpo. Sobre todo si en el más reciente de nuestros chequeos médicos algo resultó fuera de lugar.
Entonces al ir al supermercado comienzan a atraer nuestra atención los empaques de productos que se consideran más saludables, por lo que desde luego aquellos que ostentan cualidades como «100% natural» y otras similares se colocan en la prioridad de nuestros reflectores. No obstante estas frases no necesariamente significan una garantía en términos de nutrición.
El abuso de términos como «natural» y «sustentable» puede crear serios problemas para las marcas, sobre todo cuando se trata de empresas involucradas en la industria alimentaria. Investigaciones recientes de Grupo Shelton muestran que el 43% de los consumidores considera que «natural» es la mejor descripción que pueden leer en el empaque de un producto; sin embargo a pesar de sus reacciones favorables ante esta palabra existe confusión sobre su verdadero significado.
La falta de regulación respecto al uso de palabras como «natural» o «sostenible» se debe principalmente a que se trata de términos ambiguos cuyo significado no está delimitado por un organismo regulatorio; la mayor parte de los productos son procesados en mayor o menos grado, lo que dificulta conocer el momento en el que uno de ellos deja de ser considerado natural. De ahí la importancia de revisar a profundidad el contenido de un alimento, aunque algunos componentes naturales pueden estar escritos con un nombre aparentemente químico.
Empresas como Kraft, Pepperridge Farm, PepsiCo y Ben & Jerry’s han enfrentado ya demandas por parte de grupos de protección al consumidor gracias al uso de este tipo de términos, por lo que incluso han tenido que retirarlos de sus productos y recurrir a mensajes retóricos.
De esta forma, aun cuando una marca tenga el sello responsable en la mente del consumidor, ésta no esta exenta de incurrir (a veces incluso inconscientemente) en el abuso de la palabra natural y otros términos ambiguos similares. Por el contrario, el uso inadecuado de los mismos podría dañar seriamente la percepción de transparencia en sus procesos de producción, y por consecuencia su reputación corporativa.
Corinna Acosta
Con información de Greenbiz
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