Por: Leticia Gasca Serrano
Según Amartya Sen, premio Nóbel de Economía de 1998, faltan en el mundo 100 millones de mujeres, porque han muerto prematuramente a causa de la discriminación y violencia.
Las explicaciones de este descenso son perturbadoras. Es conocido que hay negligencia hacia las niñas. Los fetos de niñas se abortan y los bebés del sexo femenino se dejan morir al nacer. En la India, la Encuesta Nacional de Salud Familiar reveló que el número de muertes de niñas de 1 a 4 años se estima en 1.5 veces más que el número de muertes entre los niños de la misma edad. Esto se debe a la relativa negligencia nutricional y médica hacia las niñas (a esta edad, el amamantamiento termina).
La pregunta es, ¿la ley puede sobre la cultura? El gobierno de la India acaba de prohibir las ecografías para las mujeres embarazadas menores de 35 años. La medida apunta a impedir que las parejas sepan el sexo del feto y aborten si es una niña, debido a que por cuestiones culturales y económicas se valoriza más la llegada de un varón.
No obstante, pese a las prohibiciones vigentes, los estudios para conocer el sexo no dejaron de ofrecerse. “Pague 500 rupias y ahórrese 50,000”, decía el slogan de una publicidad de un centro médico en el que se practicaban exámenes prenatales. El ahorro se refería al dinero de la dote que una familia deberá desembolsar en el futuro si eventualmente tiene una niña.
En la India, los varones trabajan para la familia, cuidan a sus padres cuando son ancianos y preservan el apellido. Las niñas se van y contraen matrimonio. Pero es el sistema de dote el que determina la preferencia por los varones. La práctica, aunque es ilegal, es muy usada. La familia de la novia debe pagar a la del novio el equivalente al salario de varios años de un trabajador como dote. Esta costumbre puede hacer que las familias queden endeudadas durante varios años.
El aborto por selección de sexo, sin embargo, no se limita a la India. Se ha vuelto una práctica generalizada en Asia Oriental, y en particular en Corea del Sur y en China. Es lo que Amartya Sen describe como “un sexismo de alta tecnología”.
Los números hablan: cifras acerca de la situación de la mujer en México:
70% de las mujeres mexicanas viven en la pobreza, 87% de las familias monoparentales son sostenidas por mujeres y las brechas de desigualdad en relación con los hombres se incrementaron en los últimos 12 meses.
4 de cada 10 mexicanas que acuden a los servicios públicos de salud han sido agredidas por su pareja en algún momento de sus vidas.
3 de cada 10 mexicanas viven algún tipo de violencia (física, sexual, sicológica y económica), por parte de sus actuales parejas.
Naciones Unidas señala que México es el octavo lugar en homicidios contra las mujeres y el sexto en violaciones.
Según la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos una de cada tres familias en México vive violencia familiar y 50% de las Mujeres han vivido violencia en algún momento de su vida.
Isis Internacional señala que al entrevistar a 1,800 mujeres de entre 15 y 49 años en América Latina el 62% vivieron relaciones sexuales impuestas por un hombre.
3 de cada 10 mexicanos trabajan en la informalidad, en el caso de las mujeres esta proporción aumenta a cuatro de cada 10.
En el mundo:
La desigualdad se mantiene en relación a los salarios en el mundo: las mujeres, con las mismas capacidades profesionales que sus compañeros, ganan en promedio 20% menos.
Poco menos de una cuarta parte de las empresas en el mundo son dirigidas por mujeres.
Sólo el 37% de las mujeres del mundo están económicamente activas.
Las mujeres dedican un 70% de su tiempo en el cuidado de sus familias, contribución a la economía mundial que sigue siendo invisible y nunca se ha medido.
Sólo el 16% de los parlamentarios del mundo son mujeres. Con excepción de Rwanda y los países nórdicos, las mujeres están prácticamente ausentes de los parlamentos.
La proporción de las adolescentes que dan a luz varía según la región. África tiene la proporción más grande de jóvenes que dan a luz (12%) mientras Europa tiene la más pequeña (2%).
Las jóvenes en América del Norte (Canadá y Estados Unidos) tienen una tendencia a tener más del doble de partos que las jóvenes en Europa (5% comparado con el 2%).
Cada año muere medio millón de mujeres por causas relacionadas con el embarazo y el parto, 99% de ellas pertenecen a países en vías de desarrollo.
Cada año, medio millón de mujeres pierden la vida y 18 millones más quedan crónicamente discapacitadas por complicaciones en el embarazo y el parto que podrían haberse prevenido.
El promedio de años que los niños en los países en desarrollo pasan en la escuela es 7.4 para los niños y 6.0 para las niñas, únicamente los países en el territorio de la antigua Unión Soviética y en Sudamérica tienen niveles considerablemente superiores.
Los jóvenes africanos son los más desaventajados en materia educativa, puesto que tan sólo el 58% de los hombres y el 53% de las mujeres en 24 países completan la escuela primaria.
61% de los hombres y 57% de las mujeres se matriculan en la escuela secundaria en todos los países en desarrollo. Las niñas tienen menos probabilidades de continuar su escolaridad que los niños.
Más de dos tercios de los 960 millones de personas analfabetas adultas de todo el mundo son mujeres.
De los 130 millones de niños que no asisten a la escuela, el 70% son mujeres.
El 70% de las personas que viven en la pobreza son mujeres.
Casi todos los conflictos armados recientes se han caracterizado por la violencia sexual sistemática contra la mujer, la cual se utiliza como instrumento para aterrorizar y para la “depuración étnica”.
De los 25 millones de personas refugiadas en el mundo, el 80% son mujeres, niños y niñas.
50% de las mujeres en el mundo sufrieron algún tipo de violencia de manos de sus parejas.
Leticia Gasca Serrano
Es analista de comunicación y relaciones públicas en New Ventures México. Además, es socia fundadora de la asociación civil Reinventemos.
Fue coordinadora de contenidos de la revista Gestión de Negocios, coeditora de Responsabilidad Social en el periódico El Economista y Delegada Juvenil de México en la ONU durante el 62 periodo de sesiones de la Asamblea General de dicho organismo.
Gracias a su labor de difusión en temas de responsabilidad social y sustentabilidad obtuvo el tercer lugar en el concurso latinoamericano de ensayo periodístico BIDAmérica, promovido por el Banco Interamericano de Desarrollo. Por su trayectoria fue reconocida con el Premio Nacional de la Juventud en la categoría de Mérito Cívico.
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