En las últimas semanas, las negociaciones entre Aeroméxico y la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores de México (ASPA) se han estancado debido a desacuerdos sobre un ajuste salarial. Este conflicto ha puesto en riesgo las operaciones regulares de la aerolínea, mientras los pilotos evalúan la posibilidad de iniciar una huelga si no se llega a un acuerdo antes del 1 de octubre.
Los hechos recientes
El 25 de septiembre de 2024, ambas partes emitieron comunicados que reflejan sus posturas. Aeroméxico, mediante un statement, reafirmó su compromiso de mejorar las condiciones salariales de sus pilotos, indicando que su propuesta actual eleva significativamente las compensaciones previas a la pandemia de COVID-19. Según la aerolínea, esta mejora tiene como objetivo fortalecer el contrato colectivo de trabajo y asegurar la continuidad de las operaciones sin afectar a los clientes.
Por su parte, ASPA respondió con una manifestación en la Terminal 2 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), denunciando lo que consideran una propuesta injusta. Los pilotos explican que, tras varios años sin ajustes significativos, lo ofrecido por Aeroméxico —un aumento del 6%— no es suficiente para compensar la pérdida del 4% anual en su salario durante cuatro años, lo que equivale a una disminución acumulada del 16%. ASPA también señaló que los pilotos de aerolíneas en otros países, como Air Canada, han recibido aumentos salariales más sustanciales, con lo que consideran su demanda como moderada en comparación.
Desafíos para las partes involucradas
El principal obstáculo es la disparidad en la interpretación de lo que constituye una compensación justa. Aeroméxico argumenta que ha hecho un esfuerzo considerable para mejorar las condiciones de sus pilotos tras las dificultades financieras ocasionadas por la pandemia, y manifiesta confianza en que el proceso culminará sin afectar sus operaciones. En contraste, ASPA sostiene que la oferta actual no refleja adecuadamente las necesidades de sus pilotos, quienes han soportado varios años de congelación salarial.
Este estancamiento en las negociaciones puede afectar gravemente tanto a los pilotos como a la empresa. Para Aeroméxico, el riesgo de una huelga podría impactar su operación y reputación, especialmente tras las dificultades que enfrentó la industria aérea durante la pandemia. Para los pilotos, la demora en alcanzar un acuerdo justo podría generar desmotivación, afectando la moral y la disposición a seguir negociando en beneficio mutuo.
El camino hacia una solución
La resolución de este conflicto requiere que ambas partes mantengan el diálogo y busquen un punto intermedio que satisfaga tanto las necesidades económicas de Aeroméxico como las legítimas expectativas salariales de los pilotos.
La disposición de ASPA a negociar y evitar afectaciones a los pasajeros sugiere que aún hay espacio para la conciliación, aunque el emplazamiento a huelga sigue siendo una herramienta de presión válida en el marco de sus derechos laborales.
Para Aeroméxico, será crucial demostrar que está dispuesta a valorar el esfuerzo de sus pilotos, quienes representan un activo esencial para la empresa, sin poner en riesgo su estabilidad financiera.
Conclusión
El estancamiento entre Aeroméxico y ASPA representa un desafío común en las relaciones laborales, donde las expectativas salariales chocan con las realidades financieras de la empresa. Ambos lados tendrán que continuar negociando de buena fe para evitar una huelga que podría impactar tanto a empleados como a pasajeros.