Por Antonio Tamayo Neyra
Por el perfil y características de las llamadas Pequeñas y Medianas Empresas (Pymes), la Responsabilidad Social tiene una enorme área de oportunidad para ser utilizada en la gestión de estas organizaciones.
Y su importancia se incrementa aún más al considerar la cantidad de ellas, ya que de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en México existen poco más de cuatro millones de unidades empresariales, de las cuales 99.8 por ciento son Micro Pequeñas y Medianas Empresas, que generan 52 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), y 72 por ciento del empleo en el país.
Diversos analistas dicen que la Responsabilidad Social no es exclusiva para organizaciones de determinado tamaño o características; ya que como sucede con cualquier legislación fiscal o ecológica, todas las empresas sin importar su tamaño tienen que cumplirlas; y lo mismo sucede con los diversos modelos de gestión empresarial; el célebre pensador Peter Drucker nunca hizo una distinción entre grandes y pequeñas en sus análisis y reflexiones sobre el llamado managment, aunque sí distinguió la manera de operar según el perfil en las dimensiones de las organizaciones.
Además, como lo señala Bernardo Kliksberg, las Pymes practican naturalmente dimensiones básicas de la Responsabilidad Social Corporativa (RSC). Por ejemplo, cuidan especialmente a su personal, y en muchos casos una parte del mismo son miembros de su propia familia. Saben, además, que tienen que asegurarle una vida digna y respetan los equilibrios familia-empresa, porque están muy vinculadas a los acontecimientos familiares de su personal.
Agrega también que desarrollan lazos personales con sus clientes y proveedores. De tal manera que construyen con ellos confianza, intimidad, y disfrutan de esos vínculos personales. Son su mercado, pero también su red social.
Por su parte, Robert Putnam, profesor de la Universidad de Harvard y pionero en la teoría de capital social, postula que este capital que genera la responsabilidad social, comprende la conciencia cívica, la solidaridad, la ética y la confianza primordialmente.
Y las Pymes, por sus características mencionadas por Kliksberg, son un enorme crisol para la creación y desarrollo de dicho capital social. Factor que además se multiplica por el número e impacto económico de estas organizaciones como son por su número y cantidad de empleo generado como antes se mencionó.
A lo anterior se puede agregar que muchas de ellas son familiares, aspecto que propicia todavía más la generación de capital social. A escala mundial, la empresa familiar representa alrededor del 90 por ciento de las empresas; en Estados Unidos por ejemplo, el 90 de las empresas son familiares, y representan el 40 por ciento del Producto Nacional Bruto. En suma, la tercera parte de las empresas que aparecen en la revista Fortune dentro de las 500 más grandes, son de propiedad familiar o controladas familiarmente, incluyendo empresas como Levi-Strauss, Marriot y Ford, entre otras.
En el caso de México aunque no hay una cifra exacta del porcentaje de empresas familiares. El Tecnológico de Monterrey estima que el 85 por ciento de las empresas son administradas por sus dueños y familiares, mientras que el IPADE considera que el 98 por ciento de las empresas son familiares. Caracterizadas por tener una identidad colectiva que se manifiesta en interdependencia, solidaridad y cooperación.
Y como un aspecto clave de la responsabilidad social, a lo anterior puede sumarse el que la mayoría de empresas, y sobre todo las más pequeñas, siempre han estado cerca de su comunidad y han intentado ser buenos miembros de ella; se considera que son capaces de gestionar con gran habilidad las relaciones con los vecinos, autoridades públicas, y diversos grupos, ya que son una parte íntegra y visible de la colectividad en la que actúan.
Un elemento adicional e igualmente importante, es que las Pymes tienen mayor posibilidad de realizar cambios, de ser flexibles y reinventarse más rápido, adaptándose con mayor facilidad a demandas de la sociedad donde operan.
Seguiremos platicando …
Blog: http://atamayon.blogspot.com
Antonio Rey Tamayo Neyra
Dedicado al periodismo de investigación desde 1987 especializado en temas socioeconómicos. Desde 1991 colabora en el periódico El Financiero como Coordinador Editorial y Redactor de Proyectos Especiales, además de colaborar en otros medios. Desde el 2002 involucrado en la Responsabilidad Social, escribiendo y realizando proyectos editoriales de este tema, y además documentando las actividades de las empresas (tipo caso)
También es profesor de posgrado e imparte capacitación en relacionales laborales.
Licenciado en Administración por el Instituto Tecnológico Autónomo de México; su preparación profesional posterior incluye un Diplomado en Responsabilidad Social en el Tecnológico de Monterrey, y un Curso del mismo tema en la Universidad Abierta de Cataluña. Actualmente estudia la Maestría en Sociedad de la Información y el Conocimiento en la Universidad Abierta de Cataluña.