Serán más de 40 mil personas que se verán afectadas ante la desaparición de la licencia de Uber en Londres.
El regulador de transportes en Londres le quitó a Uber su licencia para operar en la capital inglesa ya que «la conducta de Uber planteaba riesgos para la seguridad pública».
Con estas declaraciones, Uber podrá apelar en los próximos 21 días y podrá seguir operando hasta que finalice el proceso legal.
«El enfoque y la conducta de Uber demuestran una falta de responsabilidad corporativa en relación con una serie de temas que tienen implicancias potenciales para la seguridad pública», dijo Transport for London».
«Transport for London y el alcalde han cedido a un pequeño número de personas que quieren restringir la elección de los consumidores», dijo Tom Elvidge, gerente general de Uber en Londres. «Tenemos la intención de desafiar de inmediato esto en los tribunales».
La mayoría de los taxis de ese lugar ha dicho que Uber no tiene las suficientes normas de seguridad. Uber ha sido criticada por sindicatos y legisladores y además ha estado en diferentes batallas legales por los derechos de los trabajadores.
En las últimas semanas, la empresa de transporte privado con chofer ha sido señalada por los escándalos ocurridos dentro de la empresa por sexismo y acoso laboral. Además que Travis Kalanick, expresidente ejecutivo y cofundador de la empresa renunció debido a esto.
Ante la situación, el alcalde de Londres Sadiq Khan, dijo que «Todas las empresas en Londres deben cumplir con las normas y con los altos estándares que esperamos, particularmente cuando se trata de la seguridad de los clientes», sostuvo. «Estaría mal si la TFL extendiera la licencia de Uber si existe alguna forma de que esto pudiera representar una amenaza para la seguridad de los londinenses».
Hasta la fecha, y a diferencia de otras ciudades como Barcelona, Londres había sido relativamente complaciente con Uber, cuya implantación en la capital británica parecía fuera de toda duda.
La TfL, que en el pasado hizo caso omiso a las quejas contra la compañía por «competencia desleal», ha tenido sobre todo en cuenta la seguridad de los pasajeros, tras recientes incidentes con los conductores.
En un comunicado difundido por la compañía, Elvidge acusa a TfL y al propio Khan de «ceder ante un reducido grupo de personas que pretenden limitar la libertad de elección de los consumidores» y cuyas consecuencias afectarán a los conductores que «perderán su trabajo» y a los ciudadanos, «que perderán una alternativa de transporte práctica y accesible».
La empresa defiende el proceso de selección de sus conductores, que «pasan los mismos controles de antecedentes penales que los taxistas», y defiende también sus métodos de trabajo. «Nuestra tecnología ha conseguido mejorar las condiciones de seguridad de nuestros trayectos, que quedan registrados a través de GPS. Hemos seguido siempre las indicaciones de TfL acerca de informar sobre incidentes graves y tenemos un equipo especializado que trabaja estrechamente con la Policía Metropolitana. Tal y como ya hemos indicado, una inspección independiente demostró que greyball nunca ha sido usada para los objetivos señalados» por el regulador.
Actualmente Uber opera en más de 600 ciudades alrededor del mundo. La aplicación se ha visto obligada a abandonar varios países, entre ellos Dinamarca y Hungría, y se ha enfrentado a batallas regulatorias en múltiples estados de EEUU y países de todo el mundo.
