La idea era que Sting hablara de su participación en el concierto Learning for life. Lo hizo, aunque de forma dirigida y sin oportunidad de interactuar con los medios de comunicación que acudieron al encuentro.
El músico británico apareció pocos minutos antes de las 15:00 horas. Sobre el templete ya le esperaban Ely Guerra, la rockera regiomontana que sería la encargada de iniciar la velada musical; Rebecca de Alba, vocera del evento, así como Pedro Mendoza y Jaime Graña, director de mercadotecnia y gerente general de Diageo México.
De buen humor, Sting, ex bajista y ex líder de The Police, posó para las fotografías. Lo hizo solo, acompañado por Ely Guerra y poco después también escoltado por Rebecca de Alba.
Sting comenzó su participación asegurando que es un hecho raro el que se involucre con campañas empresariales. Ahora lo hizo, dijo, porque sentía que el proyecto Learning for life podría servir como inspiración para que otras compañías llevaran a cabo programas similares.
“He visto el efecto que tiene este programa en la vida de los beneficiados y eso me parece asombroso. Me gusta la idea de ayudar a la gente, instruirlos y capacitarlos para que tengan sus propios negocios”, respondió Sting a una pregunta hecha por uno de los directivos de Diageo.
Luego, cuando llegó el momento de que fuera la prensa la que cuestionara al músico, Rebecca de Alba anunció que por cuestiones de tiempo sólo se leerían seis preguntas que previamente representantes de los medios de comunicación habían enviado y que habían sido seleccionadas por los organizadores.
Así, Sting pudo hablar acerca de su pasado como maestro escolar y la huella que aquella profesión ha dejado en su vida.
“Es cierto fui maestro antes de convertirme en rockstar, cambié porque en el rock se hace mucho más dinero”, bromeó el veterano compositor e intérprete.
Consideró que el magisterio es una de las labores más importantes de la sociedad pues el futuro está asociado con la educación que reciban los niños.
“Cuando fui maestro me di cuenta que lo realmente importante es transmitir entusiasmo a tus alumnos; yo era muy malo para enseñar matemáticas, pero podía contagiarles mi emoción por la música o el futbol.
“La gente responde a la energía y al entusiasmo que uno proyecta”, expresó.
Y entonces empezó el show de Rebecca de Alba y los organizadores. La conductora leía las preguntas en las que se repetían los cuestionamientos sobre el interés de Sting por involucrarse en Learning for life.
La primera repetición le pareció divertida y la contestó de nueva cuenta.
“Esta corporación devuelve algo a la sociedad y eso puede inspirar a la gente y a otras compañías”.
Luego, Rebecca arremetió de nueva cuenta. Con distinta estructura, pero el mismo contenido cuestionó a Sting, quien sonriendo aclaró que era la segunda, de seis preguntas, que decían lo mismo.
Habló después de la importancia de preparar a los maestros para entonces tener una mejor educación. Y Rebecca y los organizadores lo hicieron de nuevo.
De nueva cuenta, otra pregunta orientada hacia la participación de Sting en el concierto altruista, provocó la risa de los presentes y del músico.
Y luego el tiempo se agotó. Apenas pudo Sting hacer referencia hacia Ely Guerra, quien lo acompañó en el concierto, antes de que fuera escoltado fuera de la sala.
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