En Centígrados y paralelos, el caricaturista Víctor Solís crea una ficción con fotografías, sin diálogo, en la que juega con el absurdo
Ante el deshielo del Polo Sur, un grupo de 48 pingüinos emprende un viaje rumbo al norte del conteniente americano en busca de un nuevo espacio natural que les dé asilo. Salen de la Patagonia, cruzan por Brasil y Centro América, hasta llegar a la frontera entre México y Estados Unidos, donde ya no hay paso.
Se trata de un relato de ficción a cargo de Víctor Solís, caricaturista mexicano, quien dejó el dibujo para tomar la cámara fotográfica y registrar el viaje de estos pingüinos de cerámica, en un ejercicio reflexivo sobre las consecuencias del cambio climático que presenta en Centígrados y paralelos (Océano).
Es un libro que recurre a la imaginación del lector para terminar una historia que cuenta sólo en imágenes, sin ningún diálogo, la travesía de las aves. “Es jugar con el absurdo, ya tenía estas figuras de cerámica y me llamaba la atención jugar con ellas; ¿cómo reaccionaría la gente si viera a pingüinos en la ciudad, el desierto o la selva? También está la intención de una crítica sobre la invasión humana en zona naturales”, explicó Solís.
En entrevista, el también ilustrador detalló que si bien se trata de un recorrido irreal, la serie de fotografías a color están hechas en escenarios verídicos en los que la contaminación humana han tenido consecuencia en el entorno natural.
Durante dos meses, viajó por Argentina, Brasil y México, países en los que recreó todo el recorrido de los pingüinos, cuya dimensión real es de apenas 10 centímetros aunque en las imágenes parezcan de tamaño real.
“En el 2003 tenía ganas de hacer una instalación sobre la Antártica pero en ese momento no se pudo realizar y hasta el 2007 reinicié con esta historia, un recorrido que parte de la Patagonia. Hubiera sido maravilloso hacer todo el viaje y fotografiar cada paisaje pero por producción sólo se ocuparon tres países y se fueron adaptando los escenarios”, comentó.
La migración imaginaria parte de Tierra del Fuego, Argentina, y termina en Tijuana, en la frontera de México con Estados Unidos. En el camino, la colonia de pingüinos atraviesa glaciares, bosques, playas, desiertos y ciudades.
“El drama de la historia es que estas aves no están acostumbradas a vivir en otro espacio que no sea el del Polo sur.” Son en total 42 escenarios que Solís registra sin presencia humana, aunque sí hay “huellas” de su paso. Por ejemplo, la imagen en que las aves cruzan un tiradero de llantas o un río seco.
Así el artista encuentra una nueva manera de cuestionar la relación de los seres humanos con el planeta, tema que ha tratado en proyectos anteriores como Ver de monero, una serie de dibujos sobre el transitar de un oso polar.
“El antecedente de esta historia es que el Polo sur está actualmente tan contaminado por la presencia del ser humano, que los animales ya no pueden sobrevivir ahí, yo creo que nos parece un lugar tan lejos que no tomamos atención y en ello radica esta historia de fantasía”, precisó quien hizo mil imágenes para armar un rompecabezas de 42 fotografías en el libro.
Fuente: excelsior.com.mx
Por: Sonia Ávila
Publicada: 05 de Junio de 2012
