Por: Angélica Martínez
Hace no muchos días los diarios oficiales de nuestros país marcaron 6.4% de la tasa de desempleo anual, mayor en 2% a la del año pasado, y los índices de violencia rebasaron los límites llegando a ser México el país número 16 de 115 naciones con mayor índice de violencia y delincuencia a nivel mundial. Lo anterior demuestra que la situación actual se torna difícil no sólo en lo relacionado a la economía sino también en lo social.
La evolución social emergida del sistema capitalista ha ido creciendo en gran medida, la libre empresa ha logrado que en los últimos siglos el hombre haya desarrollando grandes conocimientos en el campo tecnológico y económico verdaderamente importantes.
Sin embargo, la sociedad se ha dado cuenta que a partir de toda esta evolución se han ido dejando de lado valores y creencias éticas importantes para el desarrollo de la civilización en general.
Entorno a toda esta problemática nace un concepto nuevo e innovador llamado “liderazgo responsable”, el cual busca guiar a la humanidad hacia un futuro en donde se trabaje en conjunto con la invocación tanto económica, tecnológica, política y socialmente como con valores humanos que buscan el beneficio de toda la comunidad. El líder socialmente responsable busca gestionar a través de la ética el desarrollo de un mundo mejor.
El enfoque del liderazgo responsable es positivo. Ve en la situación actual algo más allá de un estado de crisis o de conflicto, ve un estado lleno de oportunidades. Este tipo de liderazgo busca que quienes lo ejerzan busquen el beneficio de la sociedad por medio de acciones justas y equitativas que defiendan los derechos humanos en su comunidad.
El líder actúa con respecto al esfuerzo y méritos de las personas y no de sus palancas. Un líder que se compromete con la ética y la responsabilidad social es quien debe convertirse en un estratega social, no basta con serlo en lo económico porque quien no sabe manejar los problemas de la sociedad no puede interferir eficazmente en el bienestar de su comunidad.
Ante esta nueva perspectiva nacen nuevas interrogantes ¿Quiénes serán estos nuevos líderes? ¿Quién los formará? ¿Qué ideas presentan? ¿Llevarán realmente hacia a la sociedad hacia el desarrollo?, pues bien está claro que el cambio hacia el nuevo liderazgo es inminente y la respuesta está en el futuro, está en los jóvenes.
AIESEC, una organización global, apolítica, sin fines de lucro, administrada en su totalidad por jóvenes estudiantes y recién graduados se encuentra constantemente preparando a las generaciones del mañana.
A través de “The AIESEC Experiencie”, los jóvenes desarrollan su liderazgo mientras adquieren una visión global y responsable del mundo. De esta manera, la organización contribuye creando agentes de cambio positivo, a través de la educación e intercambio cultural.
Los jóvenes se forjan mediante el desarrollo de una ideología basada en la diversidad cultural, que analiza y participa en cuestiones socio-económicas y relativas a la gestión empresarial.
AIESEC no sólo ha desarrollado gran cantidad de líderes a lo largo de 60 años sino también ha cambiado vidas, ha realzado esperanzas y sobre todo ha cumplido sueños.