Líderes del club América venden credenciales para entrar al Azteca
Los líderes de las barras del América convirtieron en un jugoso negocio la credencialización que el club implementó para controlarlos.
Una investigación realizada por CANCHA en 6 partidos de las Águilas en el Estadio Azteca, entre octubre de 2010 y marzo de 2011, revela que los cabecillas de El Disturbio y La Monumental han acaparado las credenciales emitidas por el club y las venden a sus propios integrantes y al público en general.
Las credenciales cuestan entre 50 y 350 pesos, dependiendo de la expectativa del partido, y a la entrada del Azteca son canjeadas por un boleto de cortesía para los duelos de las Águilas.
La Federación Mexicana de Futbol calcula que el América cuenta con alrededor de 4 mil 800 credencializados, por lo que el monto recaudado por partido fluctúa entre los 240 mil y el millón 680 mil pesos.
Barristas entrevistados por CANCHA denunciaron que el negocio cuenta con la anuencia del coordinador de los grupos de animación del equipo y empleado del club, Isaías Reyes de Jesús.
Los líderes de las barras El Disturbio y La Monumental, Diego Aguilar y «El Congo», así como otros barristas como «Mamalucha», Héctor Aguilar, Ricardo Aguilar, «El Miguelón», «El Trastor», «El Oso», «El Wendys», «Argénesis» y «El Richie» son los que encabezan el negocio.
«Todo está bajo el control y el mando de Isaías Reyes, Diego Aguilar, líder de El Disturbio, y ‘El Congo’, líder de La Monumental. Ellos lucran con las credenciales que se les dan a las porras y que son totalmente gratis (sic)», dijo uno de los barristas entrevistado.
La credencialización de los grupos de animación del América surgió en 2004, luego de la invasión de cancha por parte de algunas personas en el América-Sao Caetano de la Copa Libertadores.
El Club tomó esa determinación con el objetivo de tener un padrón de los integrantes de dichos grupos y, al identificarlos, inhibir los actos delictivos. La FMF reconoció dicha iniciativa y, años después, conminó al resto de los clubes a que la emularan.
Sin embargo, a 7 años de su origen, la medida se ha desvirtuado.
El proceso
CANCHA constató cómo opera el negocio durante los partidos del América contra Chivas, Pumas, Querétaro, Nacional de Montevideo, Monarcas y Toluca, correspondientes al Apertura 2010, Clausura 2011 y a la Copa Libertadores 2011.
Los líderes de los grupos de animación trabajan en el predio ubicado en Calzada de Tlalpan 3435, el cual es habilitado como estacionamiento y baño público, así como en diversos puntos de la explanada principal del Azteca, donde está la escultura «El Sol Rojo».
Para comprar una credencial, basta con acercarse a los líderes de las barras.
Las identificaciones tienen el nombre del individuo registrado, fotografía, huellas dactilares, código de barras, fecha de expedición, el grupo al que pertenece y las acotaciones en las que el América se deslinda de cualquier mal uso de las mismas.
Además, el Club indica que la emisión del plástico es gratuita, personal e intransferible.
«Es una mafia. Tienes que comprar la credencial, y al momento de comprarla tienes derecho a un boleto por credencial, eso depende de los partidos, luego se quieren pasar de ver… Por ejemplo, en un partido contra Chivas, Pumas y Cruz Azul quieren aumentar el precio. El dinero que entra de credenciales es para Isaías y los líderes, que vienen siendo Diego y sus aliados», comentó otro barrista.
Las identificaciones no son exclusivas de El Disturbio y La Monumental, sino de los grupos de animación ubicados en la parte baja del Azteca y que también son reconocidos por el Club; el Ritual del Kaoz no goza de dicha prerrogativa debido a que se negó a credencializarse.
En una de las ocasiones en que CANCHA realizó el ejercicio, se ingresó al inmueble con la credencial emitida a nombre de Gustavo Reséndiz, de la Porra Familiar 6 del América.
Al llegar a la puerta por donde acceden los barristas, que da a la tienda de Nike, el personal del inmueble canjea la credencial por un boleto de cortesía, con valor de 50 centavos, y el cual es expedido por el América con fines no lucrativos.
Como lo pudo constatar CANCHA, el personal que cuida la entrada no verifica el documento ni la identidad de su portador y el falso barrista ingresa al estadio.
Las identificaciones son guardadas en una urna azul y, de acuerdo con los barristas, tras los partidos, regresan a Isaías Reyes, quien las devuelve a los líderes de los grupos de animación.
Y entonces el proceso comienza de nuevo…
Fuente: Reforma.com
Publicada :11 de marzo