Aunque las llamadas energías renovables son promovidas por activistas y algunos Gobiernos como la solución casi mágica para el apremiante reto del cambio climático, la realidad es que sus altos costos operativos hacen muy difícil, por ahora, que puedan sustituir a los combustibles fósiles.
La Agencia Internacional de Energía (AIE) afirma que, con excepción de la energía hidroeléctrica, el uso de las fuentes renovables es aún limitado a nivel mundial. Por ejemplo, pese a que Alemania es líder en la generación de electricidad a través de energía solar fotovoltaica, el kilowatt-hora (kWh) generado cuesta alrededor de 50 centavos de euro, mientras que con alternativas fósiles es de 3 y 5 centavos por kWh, de acuerdo con el Ministerio alemán para el Medio Ambiente.
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