Los líderes de RSE tienen buenas intenciones, pero en la práctica su discurso no siempre es bien recibido por el público interno, ya que las personas pueden sentir que se les habla con superioridad o que se pide demasiado de ellas.
Dos profesores, Gabriel Grant (de la escuela de silvicultura y medio ambiente de Yale) y Jason Jay (de la escuela de administración de MIT), crearon un documento en el que detallan las principales trampas del discurso de los expertos de RSE, además de explicar cómo evitarlas. Aquí un resumen de este trabajo:
Hablar de lo que “debería” hacerse:
Muchas conversaciones poco productivas se dan cuando se habla de lo que se “debería” hacer: “se debería invertir en este programa porque es lo correcto”, “los empleados deberían reciclar porque hay que salvar al medio ambiente”. Esto nunca funciona, cualquiera que le haya pedido a un niño que coma frutas y verduras lo sabe.
Para realmente motivar e involucrar a los colegas es necesario aplaudir lo que ya se ha hecho y de ahí construir algo más. Hacer compromisos propios funciona mucho mejor que intentar cumplir con lo que se “debería”.
Resolución de problemas:
Es un error creer que la sustentabilidad se trata de resolver problemas, ya que es acerca de crear posibilidades. Cuando nos enfocamos en los graves problemas sociales y ambientales, como la pobreza y la sequía, las respuestas que se dan suelen convertirse en formas de “minimizar lo poco sustentable” o de sobrevivir, en lugar de mejorar.
De acuerdo con los principios de la psicología social, lo mejor es ver a la sustentabilidad como una oportunidad de expandir las posibilidades, motivar e inspirar. Esto enciende la creatividad y fomenta el aprendizaje.
Una forma de hacer esto es pedir al equipo de RSE o sustentabilidad corporativa que piense en qué cosas le gustaría crear, no en qué quieren eliminar. Esto muestra que se trata de un área en la que hay que contribuir, dejando atrás la idea de que se trata de dejar de hacer lo que hacemos mal.
Ver las partes pero no el todo
Otra tendencia es comunicar la sustentabilidad en forma de objetivos que compiten entre sí. De esta forma, se crean falsas dicotomías como “la salud del planeta vs. la salud del negocio” o “la vida humana vs. la vida en general”. Esto crea estrés para las personas y evita que se vea el panorama general.
Los mejores líderes de RSE crean conversaciones, estrucutras y cultura que logren contener objetivos contradictorios, ya que estos crean tensión creativa, que a su vez provee a los colaboradores de propósito, logrando un ambiente propicio para la innovación.
