Dice la canción que «Vale más un buen amor que mil costales de oro», y algo similar descubrieron Eduardo Yáñez y Jorge Salinas al ver las sonrisas de niños con problemas auditivos que recibieron aparatos para escuchar mejor, así como de mujeres con cáncer que ahora contarán con un albergue en esta ciudad.
Invitados por el gobierno de Sinaloa, los protagonistas de Fuego en la Sangre causaron revuelo entre el público, pero sobre todo en un grupo de niños sordos.
Miguel y Yahir, dos de los pequeños, advirtieron el arribo de los actores señalando el póster que colgaba de una pared del auditorio Agustina Ramírez, donde se celebró la ceremonia a la que acudieron más de 500 personas.
Cuando sus ídolos llegaron al lugar, los niños celebraron con brincos y sonidos guturales.
Reforma, Gente, p. 14.
