Por Kenya Giovanini
Con los Juegos Olímpicos tocando a la puerta, atletas de todo el mundo se preparan incansablemente, los organizadores han previsto medidas extraordinarias para recibirlos y Brasil se ha sumado a la lista de sedes olímpicas que han entrado en crisis. En 2009, cuando ganó su candidatura olímpica, el país estaba en un auge económico, ahora atraviesa su peor recesión en los últimos 30 años.
La razón es que el sobrecosto de albergar este evento deportivo internacional es un hecho, a medida que los preparativos avanzan el presupuesto inicial se infla considerablemente; el pánico sobre si la infraestructura planeada estará lista a tiempo comienza al menos 18 meses previos a la inauguración y cuando añades el virus del zika a esta fórmula no es una sorpresa que los organizadores de Rio de Janeiro fueran víctimas de este mismo fenómeno.
Pero no todo es malo, el portal Entrepreneur comparte la idea de que la crisis por las que pasan los países anfitriones pueden brindarle a los empresarios grandes lecciones tanto en materia económica, como de liderazgo y responsabilidad social
1. Aprende de los errores
Los Juegos Olímpicos pretenden dejar una huella positiva en el entorno con cada nueva edición prometiendo mejoras en la infraestructura, instalaciones de primer nivel, crecimiento económico y beneficio global a largo plazo. Sin embargo el resultado no siempre es el esperado.
Desafortunadamente las instalaciones de los Juegos de Atenas 2004 son casi indistinguibles de las antiguas ruinas de 2.500 años que alberga este país, mientras que en Londres los residentes de la zona aún se encuentran en una lucha socioeconómica debido al sobrecosto de los juegos olímpicos y todo apunta a que en Río se repetirá la misma historia.
¿Qué se puede aprender de este primer ciclo?
La infraestructura construida para muchas de las sedes olímpicas parece tener carácter desechable y esta misma historia poco responsable que genera un impacto negativo en la economía nacional y en el medio ambiente, parece repetirse una y otra vez en diferentes lugares del mundo. Los empresarios necesitan aprender que mirar con ojo crítico las prácticas de otras compañías dentro y fuera de sus industrias es fundamental para generar soluciones sostenibles que les permitan mejorar su propio impacto en el mundo.
2. No involucres las emociones
National Geographic llama a los Juegos Olímpicos un pozo de dinero y señala que las ciudades anfitrionas se quedan con una deuda que podría tomar décadas liquidar. Las instalaciones pronto dejan de ser necesarias y continúan drenando fondos para mantenimiento sin ningún beneficio perceptible.
Este ejemplo se puede comparar a las batalla cuesta arriba que viven muchos empresarios y como los afecta emocionalmente, por ello es muy importante que los líderes de negocio conozcan la importancia de pensar a largo plazo en su proceso de toma de decisiones y evitar precipitarse en inversiones que a la larga pueden resultar poco productivas tanto para la compañía como para sus stakeholders.
3. Prepárate para lo peor
Contar con un plan B es obligatorio, tenerlo ayudará a enfrentar los problemas de manera más rápida y eficiente. Además es conveniente contar con una estrategia de salida ante la crisis y gestionar los recursos adecuadamente a fin de prevenir problemas potenciales.
El empresario Jerry Jao, compartió para la revista Entrepreneur que constantemente se prepara para la posibilidad de fallar, ya que esto le permite reaccionar y actuar a tiempo.
En este sentido, los líderes de negocio necesitan aprender que aún cuando pueden prevenir algunas crisis, los problemas llegarán tarde o temprano, por lo que es necesario estar siempre preparados. Mantener una comunicación transparente y constante con tus stakeholders e integrar prácticas responsables a lo largo de todo el proceso de producción puede ayudarte a sobrevivir en medio de una crisis de reputación.
4. Acepta el cambio
Para mayo 2014, Río ya estaba programado para albergar a los Juegos Olímpicos pero conforme avanzó el tiempo, numerosos informes salieron a la superficie señalando a Londres para sustituir a Río; logística que los organizadores consideraron imposible. Un líder responsable considera la posibilidad de movimientos a gran escala y arma un plan que le permita adaptarse rápidamente al cambio si este es necesario para el beneficio de su compañía.
Trasladar las olimpiadas a una nueva sede habría sido, evidentemente una misión titánica, pero comenzar a pensar el alternativas estratégicas de esta magnitud para las empresas puede que no sea una mala idea.
5. Sé realista
De acuerdo con el portal Business Insider, desde 1968, ninguna sede de los juegos olímpicos se ajustó a su presupuesto inicial, aumentándolo un promedio de 167%. En los eventos de Pekín 2008 y Vancouver 2010, los países tuvieron un sobrecosto de al menos 29%. El de Río originalmente era de más de 11 billones y se calcula que podría incrementarse en más de un 50%.
Un líder responsable conoce el impacto que el sobrecosto puede tener sobre las actividades de la compañía y sobre sus stakeholders, por lo que establece objetivos claros, específicos, realistas y oportunos desde el inicio a fin de evitar una crisis que pueda llevarlo a recortes innecesarios y desperdicio de recursos.
Dicen que de los errores se aprende y muchas empresas pueden aplicar de manera adecuada estas lecciones para lograr el éxito aunque solo los mejores empresarios sabrán rescatar lo mejor de ambas facetas, positivas o negativas.