Entrar a una página en línea, ver los productos que tienen, elegir, pagar y esperar a que llegue lo que necesitas es algo que se ha vuelto bastante cotidiano en los dos últimos años. De hecho, de acuerdo con Forbes durante 2021, el comercio electrónico creció un 50%, sin embargo, hay acciones y estrategias de venta que se omiten e incluso que nadie quiere ver de Amazon y otros portales online similares.
En particular, el comercio electrónico ha facilitado la vida de millones de personas y se ha normalizado. Situación a la que la pandemia contribuyó y aceleró, si bien antes de la pandemia de COVID-19 existía el comercio electrónico, la realidad es que se esperaba un crecimiento paulatino. Sin embargo, el contexto global obligo a que ese cambio se acelerará.
Con este vertiginoso cambio, las situaciones invisibles, cuestionables que las empresas del ecommerce realizan cada vez son más visibles y menos opacas. Por ello, a continuación, te presentamos esos problemas que se omiten.
Los «secretos» que nadie quiere ver de Amazon
De acuerdo con The New York Times, Amazon Inc. —el gigante de comercio electrónico, servicios de computación en la nube y streaming— en 2021 contaba con una opinión favorable del 72% de la población en Estados Unidos. Esta cifra refleja el valor y la importancia de la reputación corporativa, pero también la facilidad con la que sus clientes resuelven sus demandas de productos.
En una primera aproximación, Amazon debe su crecimiento a su modelo de negocios basado en el comercio minorista y una excelente logística que implica que los productos lleguen a sus destinos en tan solo un par de días. Sin embargo, en un segundo vistazo aparecen secretos que nadie quiere ver de Amazon.
Entre estos «secretos» destacan las condiciones de trabajo, la facilidad de Amazon de copiar ciertos productos y la falta de responsabilidad que asume la compañía. A continuación se expondrán estos puntos.
Más paquetes, más trabajo y menos cuidado del personal
La mecanización del trabajo ha sido una realidad consolidada desde hace décadas y al menos desde un siglo atrás para ello basta recordar la película Tiempos Modernos (1936) en donde realizar el trabajo humano a la «par» de la máquina era indispensable. Si bien, en muchos sentidos, la producción actual ha cambiado, la realidad es que el trabajo en muchos sectores sigue siendo mecanizado.
Ejemplo de ello son las acciones que los colaboradores de Amazon tienen que realizar como agacharse, levantar y girar a un ritmo veloz para agilizar la entrega de ese paquete que tanto anhelas. De hecho:
Si estás leyendo esto, es bastante probable que seas cliente de Amazon. Y, si te sientes culpable por ello, quizá sea porque estés pensando en los trabajadores de sus almacenes y sus repartidores, explotados por Amazon; en los pequeños comerciantes a los que Amazon copia sus productos exitosos.
Moira Weigel, profesora adjunta de Estudios de Comunicación en la Universidad Northeastern.
Incluso hace poco más de un mes los funcionarios de seguridad laboral del estado de Washington han impuesto a Amazon una multa de 60 mil dólares por poner en riesgo intencional a colaboradores en su enorme almacén de Kent. Además, el 1 de abril se votó por la sindicalización de sus más de ocho mil trabajadores. Un acontecimiento que de acuerdo con Bernie Sanders —senador y dos veces candidato presidencial en Estados Unidos— aspira a crear una «economía que funcione para todos».
Amazon copión
Por otro lado, en octubre de 2021, se dieron a conocer unos documentos que señalan que Amazon se ha aprovechado de su posición como gigante del comercio electrónico, y ha obtenido ventaja de ello al copiar productos y manipular resultados de búsqueda en su portal para promocionar sus propias marcas.
De hecho, la estrategia de la compañía consistía en identificar los productos más solicitados, después reproducirlos y por último hacer uso de su algoritmo para que pusiera en primer lugar las marcas de Amazon. Uno de las «victimas» más notables de esta estrategia fue una marca de camisas popular en la India, John Miller, cuyo director ejecutivo es Kishore Biyani, conocido como el «rey minorista» del país.
Esta estrategia ha sido denunciada a lo largo de los años, sin embargo, la respuesta de Amazon ha sido que prohíbe estas prácticas a sus empleados. Pese a ello no queda clara la transparencia de la compañía sobre el tema.
¿Amazon dónde esta la RS?
Otro de los secretos que nadie quiere ver de Amazon es la responsabilidad que tiene esta empresa sobre los productos que oferta en su plataforma. Sin embargo, este hecho es medular ya que se centra en el corazón del modelo de negocio del gigante minorista de comercio electrónico. En otras palabras, Amazon funge como una gran tienda que tiene una gran logística, pero imposibilita hacer responsable a quien corresponde.
Para ser más claros, pongamos de ejemplo, una aparato que sale en mal estado. En una tienda física el reclamo sobre el producto va hacia la tienda y luego al fabricante. En Amazon, la tienda no se hace responsable y, además, dificulta que el fabricante asuma esa responsabilidad. Es decir, la impecable logística para que llegue el producto solicitado a tu casa no opera de la misma forma a la inversa. Sin duda algo que nadie quiere ver de Amazon.
Amazon pudo crecer como lo hizo precisamente porque externalizó el trabajo de saber dónde conseguir las cosas. Y, a medida que se expandía, este modelo protegía a Amazon de los errores. Si resultaba que no había una demanda de X zapatos de un vendedor al año, eso no era el problema de Amazon. Era del vendedor. Mientras los vendedores pagaran por listar y almacenar sus productos, Amazon ganaba dinero, sin importar lo que pasara.
Moira Weigel, profesora adjunta de Estudios de Comunicación en la Universidad Northeastern.
La Responsabilidad Social (RS) de Amazon parece un poco ausente, escondida tras el gigante del comercio electrónico qué es. Su modelo de negocio les ha ayudado ha que los responsables de los desperfectos sean otros. Además, tampoco facilitan el contacto entre los clientes y los proveedores finales.
En otras palabras, si consideramos a Amazon como el distribuidor su tarea pendiente sería contactar al proveedor con el cliente, ser el puente, sin embargo, esa función no la ejerce. Por último, queda un secreto que nadie quiere ver de Amazon: sus clientes que en la comodidad de solicitar y recibir pedidos dejan de lado los costos sociales de sus decisiones que compra.
En ese sentido, si bien es importante que Amazon asuma su RSE también lo deben de hacer sus proveedores tanto con sus productos como con sus clientes. Además, es importante recordar que una verdadera RSE se preocupa de todos sus stakeholders o grupos de interés para que todos sean tratados desde el respeto a los derechos humanos y con la finalidad de consolidar un desarrollo sostenible para la humanidad. Compromiso en el cual los clientes también están llamados a actuar y asumir su responsabilidad.
«Books from amazon» by Aurelijus Valeiša is marked with CC BY 2.0.