La Organización Internacional del Trabajo (OIT) define al trabajo digno o decente como la oportunidad de acceder a un empleo productivo con un ingreso justo, seguridad laboral y protección social para las familias, mejores perspectivas de desarrollo personal e integración social, libertad de expresión, organización y participación en las decisiones que afectan sus vidas, y la igualdad de oportunidades y trato para mujeres y hombres.
Aunque se esperaría que todos los trabajos fueran así, la verdad es que en muchas naciones no se respetan estos derechos por parte de los gobiernos y los empleadores. Como cada año, la Confederación Sindical Internacional (CSI) ha publicado el informe Índice Global de los Derechos de la CSI 2022 en el que se analizan los peores países del mundo en lo que respecta a las condiciones de los trabajadores y trabajadoras.
Entre las principales violaciones de derechos se encuentran la vulneración del derecho a huelga, a la negociación colectiva, a establecer y afiliarse a un sindicato, a la actividad sindical, la libertad de expresión o de unión y la violencia contra las y los empleados. Incluso se ha perseguido y detenido a sindicalistas por el simple hecho de defender unas condiciones de vida mínimamente dignas.