Una de las estrategias que se han utilizado para disminuir el impacto de las emisiones de carbono en el planeta son los precios de carbono. Ya que al atribuir un valor o poner un precio a las emisiones es una forma de abordar de raíz el cambio climático. Se cree que esto es un incentivo para que las empresas y las personas físicas cambien sus patrones de inversión, producción y consumo.
Recientemente, el portal Edie informó que más de 100 directores ejecutivos pertenecientes a la Alianza de CEO Líderes Climáticos compartieron una carta abierta a los líderes mundiales para reafirmar sus compromisos respecto a la legislación de carbono y cumplir con las promesas de acelerar las acciones para disminuir las emisiones a escala global. ¡Entérate de más aquí!
Precios de carbono ¿Una solución?
La preocupación por la disminución de la huella de carbono a nivel global es evidente y organismos internacionales se han encargado de idear nuevas estrategias para disminuir el impacto medioambiental de las grandes empresas. Por lo que en los últimos años se han dedicado a impulsar acciones como el precio de la contaminación por el carbono.
De acuerdo con los informes del Banco Mundial, desde 2012 se ha duplicado el número de instrumentos aplicados o previstos de fijación del precio del carbono. Y de acuerdo a lo publicado en su informe de Situación y tendencias de la fijación del precio del carbono en 2017 las diferentes jurisdicciones han recaudado fondos por valor de más de 20 000 millones de dólares en virtud de estas emisiones.
Pero ¿cómo funciona el precio de carbono y porqué se considera una solución? La fijación del precio del carbono permite que las empresas consideren y evalúen qué tanto sus operaciones impactan al medio ambiente. Siendo un incentivo para gestionar riesgos y planear inversiones que tengan bajos niveles de emisión de carbono, esto sin duda es un impulso hacia la innovación de sus procesos.
Un llamado a la acción comprometida
Recientemente la Alianza de CEO Líderes Climáticos , cuyos miembros generan colectivamente 4 billones de dólares en ingresos globales anuales, han publicado una carta colectiva en la que se pronuncian en favor de elevar los precios del carbono con el propósito de instar a otras empresas a “demostrar liderazgo y responsabilidad” en materia climática.
Insta a los gobiernos nacionales a actualizar sus contribuciones determinadas a nivel nacional, es decir, sus planes para cumplir con la parte que les corresponde en las reducciones de emisiones en virtud del Acuerdo de París.
La carta se publica con la finalidad de tomarse en cuenta antes de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2024 (COP29). Entre las empresas miembro se encuentran Ikea, Nestlé, Mastercard, Bayer, ArcelorMittal, Tata Steel, Volvo Group, Sony, Dell y AP Moller-Maersk.
Debido a que los actores del sector privado no pueden ingresar a las salas de negociación oficiales, pretenden desempeñar un papel cada vez mayor en las COP a través de este tipo de acciones.
Este año, como sucedió el año pasado, los dos primeros días de la cumbre brindarán una oportunidad para que empresas y organizaciones filantrópicas, así como gobiernos nacionales y organizaciones internacionales, hagan anuncios de alto nivel.
Las naciones revisarán los acuerdos alcanzados el año pasado, incluido el aumento de la financiación por pérdidas y daños a las naciones de bajos ingresos y la preparación para triplicar la capacidad mundial de energía renovable para 2030.
Las estrategias
De acuerdo con la información del Foro Económico Mundial para pasar de los compromisos a la acción de impacto y acelerar la acción a gran escala, los gobiernos y las empresas deben aunar esfuerzos y abordar obstáculos como los marcos de políticas, permisos y presentación de informes complejos e ineficientes. Entre sus compromisos en materia de inversión están:
- Ampliar el uso de la fijación obligatoria de precios del carbono, que actualmente cubre menos de una cuarta parte de las emisiones globales.
- Acordar un nuevo objetivo colectivo de financiación climática, que aumentará “significativamente” respecto de los 100.000 millones de dólares anuales anteriores.
- Eliminar progresivamente los subsidios a los combustibles fósiles de manera “justa, ordenada y equitativa”.
- Reducir el costo del capital para proyectos de sostenibilidad en economías en desarrollo y emergentes.
- Ampliar y estandarizar las herramientas de reducción de riesgos de inversión, como la deuda vinculada a la adaptación.
En materia de desarrollo de proyectos:
- Agilizar la planificación y la obtención de permisos para proyectos de energía renovable y limpia.
- Establecer objetivos de eficiencia energética sujetos a plazos, respaldados por incentivos y directrices regulatorias adecuadas.
- Apoyar la transición a la electricidad y a los combustibles alternativos en la calefacción, el transporte y las industrias pesadas.
- Integrar de las externalidades climáticas en la planificación de riesgos.
- Implementar planes integrales para reducir el costo de las soluciones clave de descarbonización.
Los medios para lograrlo incluyen establecer objetivos de reducción de emisiones basados en la ciencia; desarrollar planes integrales de transición climática; divulgar los avances y apoyar significativamente a las PYME en toda su cadena de valor.
Es innegable que se necesita colaboración en la cadena de valor para estimular las inversiones y reducir las emisiones.
Es fundamental movilizar de manera eficiente el capital privado a gran escala. Ponerle precio a la huella de carbono ayudará a descarbonizar la actividad económica al cambiar la conducta de los consumidores, empresas e inversores. Con ello se ayudará a transferir la responsabilidad por los daños a aquellos que son sus responsables.