People for the Ethical Treatment of Animals (PETA) está enrolado en una batalla por los derechos de los animales desde hace muchos años. Casi siempre había seguido el camino del activismo pero hoy han refinado sus tácticas.
Haciendo uso de una mayor inteligencia que la mostrada en simples actos de resistencia civil, PETA se ha infiltrado en el corazón mismo de su enemigo como parte de su nueva estrategia: comprar acciones.
Así es, PETA ahora es dueño de un pedazo de al menos 80 compañías, incluyendo McDonald’s y Kraft Foods.
Al comprar acciones en compañías, PETA se garantiza el derecho a presentar sus ideas directamente a los funcionarios y accionistas, muchos de los cuales de otro modo, no prestarían nunca atención al grupo.
Ashley Byrne, activista de alto rango de PETA afirmó que la táctica estaba resultando un éxito. En muchos casos, los accionistas quedaban «horrorizados» al enterarse de algunos de los métodos de producción utilizados por los proveedores de su empresa.
Claro está que esta nueva táctica sólo completa lo que ha sido el mainstream de PETA en cuanto a estrategia de marketing social. No hay que olvidar que la organización se ha posicionado en el mundo debido a sus campañas de desnudos subidas de tono, en las cuales han desfilado incluso grandes estrellas de Hollywood.
Veremos cómo funciona esta nueva táctica y que nos presenten la verdad desnuda.
CONTROLAR OS QUE NOS CONTROLAM!
A diferença fundamental entre falar e fazer. O People for the Ethical Treatment for Animals (PETA) estabelece posição de interferência sem o escudo da comodidade crítica, mas, literalmente, por ações: precisamente comprando ações.