El abuso de los salarios multimillonarios de los directivos de grandes empresas resultará muy difícil de mantener tras la aprobación ayer en Suiza de la “iniciativa Minder”, un conjunto de medidas de gobierno corporativo que elimina las remuneraciones abusivas de los directivos y consejeros, como son las indemnizaciones tras el despido, las primas de entrada o los bonos por llevar a buen puerto una adquisición, además de conceder mucho más control a los accionistas del salario fijo y variable, que será votado todos los años, así como la reelección de los miembros del consejo de administración. La iniciativa elimina también la posibilidad de votar en representación por el depositario de los títulos, y los fondos de pensiones deberán sondear entre sus clientes el sentido del voto y hacerlo público.
La aprobación de la enmienda, con casi un 70% de los votos, fue abrumadora, ya que en contra de lo habitual en los plebiscitos federales suizos, salió adelante por mayoría en todos los cantones. Ahora, el Consejo Federal debe dictar con rapidez las disposiciones para que la iniciativa se convierta en ley. Todo apunta a que será de aplicación a partir de 2014.
Thomas Minder, empresario antes que político, empezó su activismo a raíz de un suceso que le ocurrió como empresario. En el año 2001, Mario Corti deja la presidencia de Nestlé y ficha por Swissair con una prima de entrada de 12,5 millones de francos suizos, y seis meses más tarde la aerolínea suspende pagos, dejando a Trybol, la empresa de Minder un impagado de medio millón de francos suizos. Desde entonces se han producido innumerables casos de remuneraciones escandalosas en ABB, Credit Suisse y UBS, entre otros. La presión emocional de los días previos a la votación, forzó al ex presidente de Novartis, Daniel Vasella, a renunciar al cobro de 72 millones de francos suizos que le concedieron por una cláusula de no concurrencia tras su salida.
Hay que tener en cuenta que Suiza es un país que cuenta con un centenar de multinacionales de calado, y todo apunta a que el nuevo código de buen gobierno de obligado cumplimiento traspasará fronteras. Los tecnócratas suizos, al igual que , en el resto de Europa, han subestimado el grado de rechazo ciudadano de las remuneraciones astronómicas que obtienen, más aún en momentos de crisis. A partir de ahora, nada será igual.
Fuente: Comfia