Las empresas actualmente tratan el empaque de un producto como un activo, hasta el momento en que se vende el producto. Después de la compra, el empaque del producto pasa de ser un activo corporativo a un pasivo para el consumidor y el municipio local, que es responsable de su eliminación.
En este sentido, las últimas investigaciones del centro de estudios financiero sin fines de lucro, Planet Tracker, proponen una solución comercial práctica al problema de los desechos plásticos: los empaques desechables no deben existir, de acuerdo con Sustentainable Brands (SB).
El problema de los desechos plásticos
Al parecer, el problema de los envases plásticos está lejos de desaparecer. De hecho, el último informe de Plastic Outlook: Policy Scenarios 2060 de la OCDE predice casi una triplicación de los desechos plásticos globales para 2060. Un aumento del consumo de 460 millones de toneladas (Mt) en 2019 a 1,231 Mt en 2060, debido a la «ausencia de nuevas políticas audaces» para combatir el problema.
Ante la situación actual, el estudio del grupo de expertos financieros Planet Tracker, «The circularity mindset change packaging as an asset« (2022), afirma astutamente que, si el empaque sigue siendo un activo con valor del productor o vendedor a lo largo de su vida, optimizaría el reciclaje de envases y aceleraría la transición hacia una economía circular.
Desde un punto de vista financiero, es preferible hacer que la responsabilidad y sus costos sean el problema de otra persona, pero, si los activos se pueden maximizar, la propiedad durante todo el ciclo de vida tendrá un valor financiero tangible.
Por ello, los empaques desechables no deben existir. Si se logra que los fabricantes de productos se comprometan con un «derecho de uso y requisito de devolución [de envases plástico]», y los materiales de empaque en juego se pueden ver en el creciente esquema de responsabilidad extendida del productor, se aceleraría el paso a la economía circular. Entendiendo esta última como una política ambiental en la cual la responsabilidad del productor se extiende hasta el momento del posconsumo en el final del ciclo de vida del producto.
Empaques desechables no deben existir
La iniciativa de Planet Tracker va un paso más allá, pues los envases se tratan como un activo que debe devolverse, en lugar de una responsabilidad que debe desecharse.
En este contexto, el hecho de que el embalaje se considere un activo desde un principio podría provocar un cambio radical necesario para implementar una economía circular sólida. Es decir, un modelo de producción y consumo que implica aprovechar los recursos para reducir, reciclar y reutilizar todo aquello que se desecha para darle una segunda vida.
Ello también significaría ventajas competitivas, financieras y rentables como resultado de menores costos de insumos de empaque. Así como mayor solidez del balance general con el aumento la base de activos, y ganancias adicionales si los activos de empaque no se devuelven.
La plataforma de empaques reutilizables, Loop, es un ejemplo de éxito de ello. La marca está construyendo un ecosistema internacional para el movimiento de reutilización de envases.
En asociación con las principales marcas y minoristas, Loop recolecta envases usados de consumidores y minoristas. De esta manera, permite la devolución a los depósitos, la clasificación y el almacenamiento, y finalmente devuelve envases limpios a los fabricantes para que los rellenen.
Esta solución también podría ofrecer posibilidades para que surja una nueva industria de embalaje de terceros subcontratada, lo que podría ayudar a la uniformidad y la escala del reciclaje.
Avanza la eliminación de empaques desechables
A medida que proliferan las plataformas como Loop, las y los consumidores están cambiando su visión del empaque, de algo desechable a un activo que pertenece a otra persona, con valor continuo. Ello respaldaría mayores tasas de reutilización y reciclaje, aspectos clave de una economía circular funcional.
Desde una perspectiva comercial, el informe también señala que un enfoque de activos para el empaque ayudaría a la industria a verlo como un activo con una utilidad continua. Por lo que el aumento resultante en la disponibilidad de activos (seguridad del suministro de materia prima reciclada) debería respaldar la inversión en nuevos procesos e infraestructura construidos alrededor de la refinación y renovación de material reciclado.
Por su parte, John Willis, Director de Investigación de Planet Tracker, concluye: “Está muy claro que la industria del plástico debe encontrar una manera de hacer una transición urgente a una economía circular. Un cambio de mentalidad, lejos de ver los desechos como una responsabilidad, es una forma práctica de garantizar que los flujos físicos de envases se redirijan a modelos de reutilización y reciclaje».
En este sentido, el modelo propuesto por Planet Tracker representa una solución financiera a la crisis de contaminación plástica. Con lo cual se garantizará que los residuos se valoren en lugar de desecharse.
Si no se encuentra una manera de hacer una transición a una economía circular en donde los envases se redirijan a modelos de reutilización y reciclaje, porque no volver a envases de vidrio retornables o reutilizables. Recordando que el 2022 es el Año Internacional del Vidrio.