Ser hombre y tener altos estándares éticos no es garantía de mejores salarios. De hecho, puede ser un factor para ganar menos.
Un nuevo estudio de la Universidad de Memphis difundido por Harvard Business Review reveló que los profesionales que se definen a sí mismos como hombres con altos estándares éticos ganan 3.4% menos que empleados de su mismo nivel que no se consideran éticos.
Además, aquellos que reportaron haber obtenido mayores principios en sus programas de maestría ganan 6.5% menos que quienes estudiaron posgrados pero no percibieron cambios en sus estándares de ética.
Podríamos concluir que no es bueno ser bueno, pero extrañamente esta tendencia no se repite con las mujeres: las que se consideran personas con altos estándares no sufren una diferencia de salario, y las que afirman haberlos aumentado con su educación ganan un promedio de 5.5% más.
Estos cambios en las ganancias pueden deberse a muchos factores, pero queda claro que el simple hecho de ser un ejecutivo con ética no significa que será más exitoso o que recibirá una compensación económica por esto. Una mala noticia sin duda para la responsabilidad social.