Por Leopoldo Lara
Apenas 10 de 366 municipios evaluados en el reciente “Índice de Información Presupuestal Municipal 2013” tuvieron una calificación aprobatoria, es decir que informan públicamente arriba del 70% de los sesenta criterios que ese estudio analiza.
El índice lo realiza anualmente, desde el 2009, el IMCO (Instituto Mexicano para la Competitividad, A.C.) una organización de la sociedad civil que se define a sí misma como “independiente, apartidista y sin fines de lucro” cuyo objeto se centra en “estudiar fenómenos económicos y sociales que afectan la competitividad en el contexto de una economía globalizada”. Hoy sus análisis, centrados en hechos y no en opiniones, son referentes de la vida nacional y sin duda inciden en mejores ejercicios públicos.
Lamentablemente vamos muy lentos, del estudio del 2012 al actual, el promedio general de los gobiernos municipales evaluados apenas subió un 2% (de 16 a 18). En términos llanos, las ciudades de México en general, no alcanzan, en materia de transparencia, ni un dos de calificación.
Salvo algunas excepciones, no existe en los portales de los gobiernos municipales información detallada ni de manera técnica, ni en formato ciudadano que pueda ser accesible a cualquiera, ni de sus presupuestos ni de cómo impactan con sus planes. Saturan el módulo de transparencia con datos y copias escaneadas de oficios que parecen no tener hilo: el problema es la calidad de la información. Por esa razón, los conceptos de deuda pública o servicios personales, entre otros, suelen satanizarse y dejan de surtir efectos para fortalecer a los gobiernos y las comunidades.
Pero eso no es todo. El estudio, además de reflejar el perfil tan pobre de los gobiernos municipales en materia de transparencia y rendición de cuentas, también pone de manifiesto el bajísimo nivel de eficiencia recaudatoria que logran. De los 36 países de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), México está en último lugar en materia de ingresos tributarios municipales que apenas significan un 0.2% del PIB. Pero si nos comparamos con países de América Latina las cosas pintan igual de sombrías. Los municipios mexicanos aportan al PIB casi once veces menos que los colombianos, seis menos que los brasileños y más de 3 veces menos que los peruanos. Y en el predial estamos igual de hundidos.
Parece que una cosa va con la otra, ante la falta de información pública clara, concisa y efectiva, la confianza ciudadana en sus gobiernos se esfuma y con ello se entiende el bajo nivel de recaudación alcanzado.
Esa es la realidad de los gobiernos municipales en México y su aportación a la competitividad de nuestro país, la que el propio IMCO define como la “capacidad para atraer y retener inversiones y talentos”.
¿Cómo lograr la confianza de inversionistas o de gente talentosa locales y extranjeros para que decidan vivir e invertir en nuestras ciudades si los propios gobiernos municipales no son capaces de ofrecer la información mínima que cualquier ciudadano requiere para saber que las cosas se hacen bien?
La respuesta, además de la voluntad de los gobernantes y de la profesionalización y la ética de los cuadros públicos, radica también en una ciudadanía activa y participativa que intervenga en el diseño de las políticas públicas y en su evaluación de manera sistemática.
El compromiso de los gobiernos debe partir de una moción de ubicación, ¿cuál es su participación en la vida de la comunidad? Cuando logren entender que forman parte de un entramado colectivo que empuja diariamente para asumir los desafíos que se presentan, lograrán dar las respuestas que todos esperamos.
Todos los sectores que trabajan con responsabilidad (empresas, academia, organizaciones sociales) tenemos la misma visión: sacar adelante a la comunidad. Hablarnos con claridad, es elemental para lograrla.
José Leopoldo Lara Puente
Candidato a Doctor por la Universidad Complutense de Madrid, España, Leopoldo Lara Puente es un Notario Público tamaulipeco que se ha distinguido por ser promotor del capital social y del ejercicio de los ciudadanos en las acciones públicas. Fundador de diversas organizaciones de la sociedad civil y empresariales, actualmente es editorialista de un periódico de su localidad, desde donde nos comparte sus propuestas y experiencia ciudadana.
