Hemos sabido que problemas sociales suelen convertirse en causas para que las empresas ejecuten su responsabilidad social; hemos sabido que se convierten en verdaderas cruzadas para algunas ONG… pero que se transformen en videojuegos, eso sí que es un suceso muy indicativo de los días en que nos ha tocado vivir.
Estamos hablando de «Mendigogame«, videojuego de la firma alemana Farbflut Entertainment, en el que los jugadores se adueñan del rol de una persona sin hogar y que, en su lanzamiento, levantó las críticas de varias ONG’s. De hecho, cuando se presentó la versión hispana Fundación RAIS y Acción en Red, comentaron en un comunicado conjunto:
“Consideramos una enorme falta de respeto acercarse de una manera tan grosera a un grupo de personas con igual dignidad que cualquier otro ciudadano. Las personas sin hogar se enfrentan todos los días a una vida llena de dificultades y un videojuego no puede convertir ese itinerario de calamidades en un pasatiempo”.
“Jugar con la realidad de personas sin hogar que día a día se enfrentan a la dureza de las calles, a enfermedades, a la muerte, a la falta de derechos y de recursos por situaciones como la pérdida de un ser querido o de un trabajo es, por encima de todo, una falta de respeto a estas personas y un hecho cruel e inhumano”.
Pues bien, este controvertido juego, cuya primera versión fue conocida como Pennergame, estrena hoy una nueva versión: StreetRivals, pensada en exclusiva para los usuarios de Facebook, la red social más grande de mundo en Internet.
Como en Mendigogame, en la nueva versión para Facebook, el objetivo del jugador es conseguir que su álter ego virtual -un sin techo- suba en la escala social, para lo que deberá pelearse con otros mendigos, recoger botellas de vidrio y aprender a tocar instrumentos musicales.
La realidad es que si bien, toda empresa del entretenimiento tiene derecho a publicar material sobre cualquier tema, la forma en que lo haga habla mucho de su responsabilidad social y en este caso, hay que señalarlo, no hay mucho que decir a su favor.
Es muy probable que la llegada al social media catapulte aún más este videojuego, pudiendo generar entre los jóvenes, cierta indiferencia social ante este grupo de personas que, dejando de lado su realidad como grupo vulnerable, está urgido de programas sociales y no necesiariamente de programas de videojuegos.