La mayoría de usuarios se siente culpable por la contaminación del medio ambiente provocada por el uso de dispositivos tecnológicos en los hogares y oficinas.
Así se desprende de una encuesta encargada por Lexmark International y realizada por Ipsos a 10 mil personas de 21 países, según la cual, el 75% se siente mal cuando imprime páginas innecesarias.
El 64% de los consultados piensa erróneamente que el desecho de los cartuchos es la principal causa de contaminación derivada de la impresión; no obstante, menos de la mitad de los usuarios (46%) entiende que de hecho el gasto en papel supone el mayor contaminante medioambiental.
Este es el apartado que más formación e información requiere, con el fin de que los consumidores refuercen sus hábitos para contribuir a una mayor sostenibilidad.
Las mujeres tienen mayor conciencia ecológica
Las conclusiones del estudio revelan que la mayoría de los encuestados no son capaces de identificar los hábitos que más contaminan a la hora de imprimir y que las mujeres demuestran mayor preocupación que los hombres sobre el impacto de sus hábitos sobre el medio ambiente, además de que reconocen mejor los peligros que supone una mala práctica de impresión.
El estudio indicó que las mujeres sienten un más alto nivel de culpabilidad acerca de sus prácticas verdes que los hombres, y son más proclives a adquirir productos de fabricantes que reciclan.
Las principales conclusiones son:
-El 91% de los encuestados preferiría reparar un dispositivo en garantía antes que deshacerse de él.
-El 85% elegiría con frecuencia la opción de impresión más ecológica si está disponible con un solo clic o pulsando un botón.
-El 84% estaría más dispuesto a comprar un producto si el fabricante muestra más respeto por el medio ambiente y se preocupa el reciclaje.
-El 75% se siente culpable al imprimir páginas innecesarias.
-El 64% piensa ERRÓNEAMENTE que el desecho de los cartuchos es la principal causa de contaminación derivada de la impresión.
Las personas demandan una responsabilidad compartida
Aunque las tres cuartas partes de los encuestados se sienten culpables acerca de sus hábitos de impresión, muchos consideran que los fabricantes podrían aportar más ayuda y educación; así, sólo 39 de cada 100 encuestados creen que las compañías tecnológicas son lo suficientemente responsables a la hora de reciclar.
En cambio, los resultados sugieren que una actitud ecológicamente responsable por parte de los fabricantes ejerce una gran influencia en la decisión de compra de los consumidores, con un 84% de los encuestados afirmando que estarían más dispuestos a comprar productos de una marca preocupada por el reciclaje.
América Latina, Europa y EE.UU.
Brasil fue el país cuyos usuarios reportaron sentirse más culpables al desechar un dispositivo en lugar del repararlo con un 84%, mientras que el 77% de los usuarios de México se sintieron culpables con esta práctica.
El 47% de los usuarios mexicanos y el 42 de los encuestados en Brasil piensan que los fabricantes deben demostrar una actitud más responsable hacia el reciclaje, mientras que el 95% de los Brasileños y el 86% de los Mexicanos encuestados contestó estar inclinados a comprar productos tecnológicos si el fabricante se preocupa por su reciclaje.
Los usuarios de México y Brasil consultados ubicaron en primer lugar al desecho de cartuchos (67% y 59% respectivamente) como la principal amenaza para el medio ambiente cuando se imprime, seguida por el consumo de papel (53% y 58% respectivamente).
En México, el 91% de los usuarios dijo sentirse culpable al imprimir páginas innecesarias, mientras que en Brasil el porcentaje fue del 87%.
En general, la mayoría de los europeos (un 69%) se preocupa por los efectos negativos del gasto en papel sobre el medio ambiente, aunque se sienten menos culpables que los estadounidenses (un 78%) de este gasto y del desecho de dispositivos.
Sin embargo, los usuarios europeos confían menos en los programas de reciclado de los fabricantes, en contraste con Estados Unidos y el resto del mundo. Sólo un 37% de los encuestados en Europa cree que los fabricantes hacen lo suficiente en cuestiones de reciclado, frente a casi la mitad (46%) de los estadounidenses americanos y la media global del 39%.