Hace cuatro años, los Juegos Olímpicos de Londres fueron aplaudidos por ser «el megaevento más sustentable de la historia». En esa ocasión, tanto el país sede como los patrocinadores hicieron especial énfasis en las características verdes de las instalaciones, asegurando incluso que los Juegos fueron neutros en carbono. Sin embargo, al parecer el enfoque no se repetirá este 2016.
Los Juegos de Río están rodeados de polémica, ya que Brasil se encuentra inmerso en escándalos políticos, recesión económica, protestas sociales y la epidemia de Zika. Además, el Mundial de fútbol de 2014 resultó un fracaso de organización. Por esta razón, reporta Triple Pundit, incluso los grandes patrocinadores están tomando distancia respecto al evento, lo cual incluye mantenerse calladas respecto a temas ambientales.
El portal menciona como ejemplo a Coca-Cola y P&G, dos patrocinadores con fuertes plataformas de RSE y que no están trabajando con los organizadores para generar un valor responsable para los juegos. Esto se debe «en parte a que las empresas no quieren tomar al riesgo de ser asociadas de forma cerca con un evento que podría descender al caos.»
La única compañía que ha mencionado ciertas acciones es Dow. Entre ellas está la reutilización de una cubierta del estadio de Londres, que se trasladó a las instalaciones de un proyecto social para niños de escasos recursos en Río de Janeiro. Además, Dow figura como «socio de carbono» de los Juegos, pero Triple Pundit cuestiona este título al afirmar que el comité organizador «ha limitado sus esfuerzos de sustentabilidad a un reporte lleno de generalizaciones y a la mención de algunas estadísticas llamativas.»
En lugar de hablar sobre sustentabilidad, el comité organizador se está centrando en la transparencia, ya que Brasil es un país muy mal calificado en este aspecto y la población es muy escéptica respecto a las cantidades que se gastaron durante el Mundial.
Para Triple Pundit es esta misma población la que será perjudicada por el bajo perfil de las marcas, ya que son los ciudadanos los que se beneficiarían de los potenciales programas responsables que se lanzaran durante los Juegos.
La responsabilidad social y la sustentabilidad no deben ser elementos que se agregan a un evento cuando todo lo demás va bien, sino que deben ser parte integral de la organización desde el inicio. Al hacerla a un lado, tanto el Comité Olímpico como los patrocinadores están perdiendo una oportunidad única.
