Al parecer el cambio de enfoque en los medios de comunicación internacionales, que ha ido de los problemas causados por el cambio climático a las soluciones, está pasando por alto las luchas de las personas en los países en desarrollo, que están en la primera línea de la crisis climática, denunció una destacada periodista climática, de acuerdo con Eco Business.
Lou Del Bello, una reportera del clima en la ciudad Delhi, expresó su frustración en Twitter, porque los editores de los periódicos occidentales ocultan la realidad del cambio climático, rechazando la publicación de historias»pesimistas» independientes, dado que sus lectores «privilegiados» señalan estar cansados de las noticias negativas y sufren de ansiedad climática.
Medios ocultan la realidad del cambio climático
Para muchos, el conocimiento sobre el cambio climático se deriva de la exposición indirecta a la información transmitida a través de los medios, dicho contenido puede provocar una variedad de respuestas emocionales, que incluyen ira, tristeza, desesperación, miedo y culpa pero, la inacción no parece ser una respuesta.
Los principales medios de comunicación pueden pensar que están luchando por equilibrar las «buenas noticias» y las «malas». Aunque esta podría ser una forma incorrecta de enmarcar el problema por el bien de la comodidad de sus lectores. De acuerdo con Del Bello, los editores de periódicos han estado priorizando cada vez más las historias positivas sobre soluciones, para dar un descanso del cataclismo climático.
¿Sabes quién no está cansado del pesimismo? Personas que viven en lugares donde los problemas complejos son parte de su vida diaria y que no pueden darse el lujo de cansarse de la negatividad.
Lou Del Bello, reportera climática.
Empoderar a los ciudadanos frente a la crisis global no es suficiente
Las declaraciones de la reportera se producen después de que un estudio de las principales publicaciones comerciales de la firma de relaciones públicas, Cognito, descubriera que la cobertura de soluciones climáticas como el hidrógeno, la bioenergía y la captura de carbono aumentó en un 50% durante el último año.
«Estos ángulos de solución se aplican a una pequeña fracción de las historias de la vida real que importan, pero ocupan una porción cada vez mayor del contenido climático que el público, particularmente en los países ricos, puede leer», señaló Del Bello. Y argumentó que no todas las noticias climáticas que vale la pena contar tienen una solución, y si este fuera el caso, el problema se resolvería fácilmente.
Lectores no quieren saber de cambio climático
Para Del Bello —editora de proyectos especiales del grupo de medios sin fines de lucro, The Third Pole, y ex corresponsal ambiental de Bloomberg—, «los editores piden cada vez más historias de solución [a la crisis climática], y los periodistas que necesitan pagar las facturas terminan cada vez más presentando ideas con ese ángulo directo, dejando de lado las narrativas más complejas que son más difíciles de vender».
Por su parte, Peter Yeung, periodista independiente radicado en Hong Kong, que escribe para Noticias BBC entre otros medios, aseguró, en un evento organizado por Solutions Journalism Network, que los editores no deberían tratar de incluir un ángulo de soluciones en cada historia climática, ya que eso puede significar simplificar problemas complejos y sugerir que siempre hay una cura.
El hecho de que los periodistas tengan que estar atentos a las historias presentadas por las empresas de relaciones públicas que se venden como respuestas, está únicamente contribuyendo a una inacción generalizada, donde las y los lectores son vistos como víctimas pasivas, en lugar de agentes informados.
Las crisis en curso nunca son una venta fácil
Los artículos sobre crisis en curso siempre han sido difíciles de vender ya sean de guerra, salud o migración, destaca James Lorenz, quien presenta historias ambientales a los editores en su papel de director ejecutivo de Action Speaks Louder, una organización sin fines de lucro que responsabiliza a las industrias por sus promesas climáticas.
“La gente a menudo quiere lanzar una historia pensando porque algo es importante[…] Las noticias, por su naturaleza, no son solo importantes: son nuevas, intrigantes, diferentes o sorprendentes”.
James Lorenz, director ejecutivo de Action Speaks Louder.
La urgencia de una ventana, que se cierra rápidamente, para asegurar un futuro habitable debería estar en las primeras planas todos los días, pero la realidad es que hay menos periodistas y, el número de lectores de los principales medios está disminuyendo, por lo que hay más presión sobre un mercado más pequeño, indica Lorenz.
En este sentido, los editores deberían hacer más para comunicar la escala de la crisis climática y cuáles son las implicaciones para todos. Sin embargo, solo algunos medios, como Nikkei, Associated Press y The Guardian están aumentando la cobertura climática.
La observación de Lorenz está respaldada por el estudio de Cognito, que encuentra que la cobertura del cambio climático en la prensa convencional y comercial ha aumentado en más del 50% durante el último año, a medida que los fenómenos meteorológicos extremos se han intensificado en todo el mundo.
Los reportajes sobre los efectos del cambio climático, como las sequías, las inundaciones y la migración masiva, superan en número a las historias de soluciones en una proporción de tres a uno, según encontró el estudio de publicaciones como The Economist, Bloomberg, Nikkei y South China Morning Post.
Entonces, ¿qué hacer?
Como lo explica New Republic, la evasión de noticias, la ansiedad climática y los sentimientos relacionados son un problema en sí, porque ocultan la realidad del cambio climático. Las investigaciones muestran que consumir cantidades excesivas de malas noticias es perjudicial para la salud, pero la inacción o, en el mejor de los casos, el solucionismo individual nunca puede equipararse a una crisis global.
Si bien la evidencia aún se acumula, los psicólogos ambientales han argumentado que la única forma de lidiar con los sentimientos de impotencia frente al cambio climático es involucrarse, ya sea con la preparación de un kit de emergencia para desastres o encontrando una comunidad para compartir preocupaciones.
Las y los lectores “necesitan esperanza para levantarse de la cama”, como escribió la periodista Amanda Ripley en un ensayo reciente del Washington Post sobre la evasión de noticias, pero también un sentido de acciones concretas que puedan cambiar el mundo.