He estado pensando mucho sobre la publicidad dirigida a mujeres. Yo consumo mucha televisión, me encantan las revistas, y la gente cree que me morí si no saben de mí en Internet por más de 3 horas. Inevitablemente este estilo de vida se traduce en recibir muchos estímulos publicitarios en un día.
Soy también una loca obsesiva analizando los mensajes que recibo y lo que éstos significan para la sociedad en general. Estoy segura de que la publicidad para hombres puede ser tan opresora y desquiciante, pero soy egoísta y prefiero pensar en los productos que me tienen a mí como público meta.
Estudié Comunicación y he trabajado en publicidad: me doy perfecta cuenta de que la narrativa de un anuncio no es acerca de cómo SON las cosas sino de cómo QUEREMOS que sean: cómo queremos que nos perciba el exterior y la idea que queremos tener de nosotras mismas. Pero aún asumiendo esto, es impresionante la forma en la que, en el mundo de la mercadotecnia, una mujer puede ser solamente una madre, una joven que quiere verse guapa para otros hombres, ama de casa o un ser enloquecido por el SPM.
En medio de esto se generan problemas éticos en los que los argumentos resultan cada vez más absurdos: recientemente en Reino Unido se prohibieron anuncios de American Apparel por explotar el cuerpo y la sexualidad de las mujeres jóvenes. La resolución comenta también que como las imágenes se tomaron para parecer amateur, el efecto de explotación es aún mayor. Nunca he sido fan de la publicidad de esta marca, pero entonces si una imagen es obviamente retocada para acentuar los rasgos sexuales de una mujer ¿es más aceptable que una que parece natural? Estoy muy confundida y no tengo una respuesta.
Del otro lado de la moneda tenemos campañas como la Belleza Real de Dove o los 10 mandamientos de la mujer de Vicky Form. Estas pretenden ser una bocanada de aire fresco en medio de tanto Photoshop y tantas amas de casa bailando con Maestro Limpio. Y lo son, definitivamente lo son. Me gusta escuchar a mujeres hablar de sus prioridades de vida y que éstas no incluyan terminar de planchar para poder salir a montar bicicleta con sus familias y me gusta que si tengo que ver a alguien en ropa interior a la mitad de mi revista, al menos me pueda relacionar vagamente con ese alguien.
Pero de hecho seguimos hablando de un juego de espejos. Mi belleza real no es como la de Dove y mis mandamientos no son los de Vicky Form. Francamente, no quiero que ninguna marca me dé un decálogo para vivir o me presente lo que es una mujer de carne y hueso. Yo convivo con varias todos los días y mis decisiones las tomo de acuerdo a mi código ético, no el de una marca de ropa interior que continuará mostrando a jóvenes esqueléticas una vez que lo de los mandamientos pase de moda.
Con todo esto no quiero decir que odie el marketing, queda claro que si le he dedicado horas de mi vida a pensar en todo esto es porque me interesa. Solo me gustaría que algún publicista o mercadólogo por ahí entendiera que los mensajes fuertes, impresionantes y memorables no necesariamente tienen que ver con el cuerpo desnudo de una mujer. La verdad, creo que hay pocas personas en el mundo occidental que no hayan visto uno.
María José Evia Herrero. Asistente de Medios y Social Media en Expok.
Comunicóloga por la Universidad Modelo. Ha sido niñera, repostera, Community Manager, nerd, periodista cultural, maestra de preparatoria, asistente de dirección y ahora Asistente de Medios y Social Media en Expok. En sus tiempos libres es una Blogger indisciplinada pero divertida.
Es también una consumidora irredenta de libros, películas, postres, televisión, social media, crítica de género y moda. Para compensar, escribe sobre todos estos temas. Se incorporó también a la autoría de este espacio desde 2012. Su Flavors.
Como mujer, madre, hija, hermana de 8 y tia de 14 sobrinas, considero muy interesante este articulo por que de alguna manera miramos toda esta publicidad como simples expectadoras sin poder hacer nada. Que bueno que ahora alguien escribe sobre estos temas y que de alguna manera nuestra voz de indignación es leida por muchos. No hay que dejar que nos ahoguen y nos quiten nuestra autoestima femenina que tanto trabajo nos da mantener con el paso de los años. Me niego a bailar con maestro limpio y a seguir los mandamientos de Vicky.
Hola, no me queda claro el mensaje o más bien la idea que quiere enviar el artículo, es decir, ¿cuál es su postura al respecto?, sobre los anuncios dirigidos a mujeres; ¿cómo se los imagina entonces?, lo pregunto porque al menos el comercial de Viciky Form, me parece interesante, sin embargo usted ha encontrado elementos que no le cuadran, ¿cuáles serían éstos? ¿cómo los percibió? ¿Desde donde los analizo?.
Gracias
Hola, Carolina. Te responde María José. Muchas gracias por comentar!
Se me hace interesante también la campaña de Vicky Form, pero como tengo problemas con la autoridad, el hecho de que sean «mandamientos» en primer lugar, no me convence. No me gusta tampoco que, si te fijas, la gran mayoría son acerca de la relación de las mujeres con hijos o pareja heterosexual. Vicky Form en ningun momento acepta que tal vez algunas mujeres tengan a otra mujer como pareja. Y nunca hablan del papel de la mujere en la sociedad más allá que como madre o esposa. Sé que fueron votados por el público y que tal vez hago mal molestándome con la marca, pero me molesta. Otra cosa que me molesta es que se trata de una marca cuyas otras campañas se tratan acerca de seducir a hombres, con modelos con cuerpos que yo no tengo. Habría que ver si ahora guiarán sus nuevas campañas con estos mandamientos.
Esto no quita que prefiera mil veces a Vicky Form que a Suavitel adiós al planchado.
Como me imagino los mensajes es con mucha más diversidad, como somos las mujeres. Pero es un cambio que tiene que darse al mismo tiempo que la sociedad cambie, y una parte de eso es abrir los ojos a cómo nos están representando y preguntarnos si realmente eso es lo que somos o queremos ser.
Mi querida María José, tenía que escribir algo también por aquí, creo que este problema es en parte cultural. Por algo no se hacen muchas quejas al respecto, ¿seremos las únicas en darnos cuenta?
[…] de marketing. ¿Cuál es el problema entonces? Ya he usado este espacio para hablar sobre la publicidad dirigida a mujeres. Es un tema complicado que aquí en México estamos intentando corregir con una ley que prohíbe la […]