Las compañías, como las personas, son vulnerables a los errores, a la manipulación y a los escándalos, algo que podemos comprobar año con año. A pesar de que las redes sociales, las políticas de transparencia y otros cambios de la época actual permiten seguir mucho más de cerca las acciones de las empresas y exigir un comportamiento responsable, no es posible erradicar por completo las acciones poco éticas.
A continuación presentamos siete casos de escándalos que se dieron este 2015, tomados de los listados de GreenBiz y Fortune, con dos agregados por el equipo de Expok. ¿Incluirías alguno más?
Las emisiones de Volkswagen:
A menos de que hayas vivido en una cueva durante 2015, es seguro que te enteraste de este caso, en el que la compañía automotriz manipuló los datos sobre las emisiones contaminantes millones de sus vehículos de diésel. Al darse a conocer la noticia, las acciones de Volkswagen sufrieron una espectacular caída y su CEO se vio obligado a renunciar. Además, la empresa está vulnerable a demandas y sanciones, sin contar con el duro golpe que sufrió su reputación.
El engaño de Exxon Mobil:
Aunque VW se llevó la mayor parte de la cobertura de medios y el golpe duro a su imagen pública, el escándalo de Exxon Mobil no es menor, ya que esta compañía petrolera es acusada de mentir a sus inversionistas respecto a la relación entre su producto y el cambio climático.
El falso chocolate artesanal:
Este caso no llamó la atención de medios internacionales, pero es interesante porque retrata muy bien lo que pasa cuando los consumidores no cuestionan las afirmaciones de una marca. En resumen, los hermanos Mast crearon una exclusiva marca de chocolate que lleva su nombre y es supuestamente artesanal. Según su marketing, cada lote de barras de chocolate proviene de un mismo pequeño proveedor, mejorando el sabor y apoyando a las granjas que no forman parte de la industria global del chocolate.
El sitio web Quartz realizó un reportaje que demuestra que las barras, vendidas a diez dólares cada una, fueron hechas en sus inicios con chocolate industrial francés. La empresa negó las críticas, pero su reputación fue duramente dañada.
El CEO de Turing Pharmaceuticals:
Martin Shkreli se ganó el repudio internacional cuando aumentó el precio de una droga usada para tratar el VIH en un 5 mil por ciento, pero los problemas del CEO no acabaron ahí. Hace tan solo unas semanas fue arrestado por fraude en su compañía anterior, Retrophin, ya que es acusado de mentir sobre su capital y de usar acciones de la empresa para pagarle a inversionistas que perdieron dinero en un fondo de cobertura que fundó anteriormente.
Sepp Blatter y la FIFA:
Que la FIFA estuviera involucrada en un escándalo relacionado con sobornos no fue precisamente una sorpresa, ya que después de años de rumores y acusaciones contra su presidente, quedó claro que no se trata de una organización muy responsable. Lo que sí sorprendió fue el robusto caso que armó el gobierno de Estados Unidos contra varios de sus ejecutivos, que tuvo como consecuencia la suspensión de Joseph Blatter.
El caso implicó también a varias corporaciones, como McDonald’s, adidas, VISA y Coca-Cola, que después de varios años de hacerse la vista gorda tuvieron que presionar a la FIFA para hacer reformas internas y así salvar su imagen.
El engaño de Toshiba:
El mes de septiembre se supo que Toshiba exageró sus ganancias por casi 2 billones de dólares a lo largo de siete años. Hisao Tanaka, presidente y CEO del gigante japonés, presentó su renuncia, y un estudio independiente descubrió que la cultura corporativa presionó a los colaboradores en el área de finanzas para hacer cuentas inapropiadas, posponer reportes de pérdidas o mover costos a otros años.
La cultura de Amazon:
En un año en el que la cultura laboral positiva fue gran tendencia, un reportaje sobre Amazon en The New York Times comprobó que no todas las grandes empresas de tecnología son grandes lugares para trabajar. Según el texto, en esta compañía impera el estrés, la relación entre compañeros es hostil, el descanso no existe y raramente se reconoce el esfuerzo.
Por todo esto no sorprende lo mal que le fue a Jeff Bezos en temas de responsabilidad social en el análisis que hizo Harvard Business Review de los mejores CEO del momento.