Por Corinna Acosta
Un grupo de pingüinos usando suéter podría parecer una imagen exclusiva de la época decembrina, de hecho posiblemente la hayas encontrado en más de una tarjeta y ciertamente resultan muy tiernos. The Penguin Foundation y el Centro de Rehabilitación de Vida Silvestre de la Isla Philiph han llevado esto a la vida real y las razones no son tan agradables.
Por increíbles que luzcan, las prendas no constituyen para nada un accesorio de moda, sino que forman parte de la iniciativa Penguin Jumper Program, que vio la luz por primera vez en 2001, cuando cientos de pequeños pingüinos azules se vieron afectados por derrames de petróleo en Australia y Nueva Zelanda; para que estos animales no ingirieran los químicos nocivos adheridos a sus plumas al acicalarse, la fundación lanzó una convocatoria con la que logró recolectar un millón de suéteres y salvar al 96% de estas aves.
Desde entonces Penguin Jumper Program solicita a los voluntarios de todo el mundo donaciones de estambre o incluso la fabricación de suéteres para contribuir con esta causa. Quienes estén interesados en unirse pueden descargar el manual en esta liga para conocer las proporciones necesarias.
Además de evitar el envenenamiento de los pingüinos a causa de los químicos pegados a sus plumas, los suéteres también los protegen del frío una vez que los contaminantes han desintegrado la grasa que aísla su piel de las bajas temperaturas, evitando así que las condiciones climáticas de su hábitat natural se conviertan en su causa de muerte.
A través de este programa los voluntarios también tienen la opción de adoptar un pingüino por un año e incluso darle un nombre ¿Será que las personas puedan resistirse a brindar ayuda a estos increíbles animales?