Regresó con nombre, con tíos, primos, abuelos, papás y hermanos. Durante un mes fue un integrante más de la familia y su recuerdo quedó plasmado en todas las fotos que recordaran la Navidad de 2011 y su paso por casa. Lo más importante es que regresó vivo, igual de frondoso y hasta con nuevos retoños. Fueron como unas vacaciones “All Inclusive” con agua para beber, nutrientes y respeto incluidos.
Por un mes el silencio del bosque se transformó en villancicos y bullicios nocturnos; sus raíces estuvieron pegaditas primero a obsequios navideños y luego a juguetes que esperaron junto a él las miradas sorpresivas de miles de niños que recibieron la visita de los Reyes Magos.
Es uno de los cinco mil pinos Douglas que corrieron con la suerte de ser salvados de la tala para la época decembrina. A diferencia de otros, “El árbol de la vida”, como la bautizó la familia Hernández tendrá un lugar en el bosque junto a otros pinos más altos que le darán sombra y se volverá a adaptar su hábitat natural donde se espera que crezca hasta 100 metros de altura y siga aportando oxígeno a la Tierra.
El proyecto de rentar árboles vivos y regresarlos vivos fue un éxito; 95% de los árboles regresaron en óptimas condiciones a Siempre Verde para ser reforestados. Cinco mil familias capitalinas se comprometieron con el integrante que adoptaron por un mes. “La respuesta de la gente a los cuidados es asombrosa, los árboles que no podremos reforestar es porque están sobrehidratados y tendrán que esperar más meses para sanar y ser llevados al bosque, aunque siguen vivos, los mexicanos se comprometieron a cuidarlos y lo cumplieron, la experiencia de salvar un árbol se volvió un asunto de unión familiar”, dice.
Detrás de un árbol de Navidad vivo hay un niño que motivó a los padres a rentar un árbol que después fuera llevado al bosque y no a la basura. Gabriel Cortina, coordinador de Siempre Verde, una empresa que desde hace dos años renta pinos en maceta y con raíces, dice que 99% de sus clientes son familias con integrantes pequeños que tienen una conciencia pro medio ambiente.
“Serán los niños de estas familias los que nos acompañen a reforestar por lo menos mil de los 5 mil árboles que Siempre Verde salvó esta Navidad de 2011. La reforestación se hará el 15 de febrero en Puebla y los niños serán testigos de cómo un árbol que cuidaron junto con sus papás durante un mes regresa a su hábitat y espera simplemente crecer, nunca más se ocupará para adornar una casa”, dice Gabriel.
El proceso para que un árbol permanezca vivo les lleva cuatro meses, consciente en poner una sustancia orgánica en el perímetro del árbol para que penetre en la tierra por un mes y medio, después se pasa con todo y raíz a una maceta durante dos meses y medio, ya que está afianzado a la maceta se lleva a las casas; antes del 15 de enero el árbol se recoge y se reforesta.
Son árboles que nacieron en Perote, Veracruz, y que serán reforestados en Puebla. Sólo se usan una vez en la vida y los hogares que los adoptaron se hicieron responsables de regresarlo vivo. Gabriel cuenta que la idea de salvar árboles nació después de considerar que México está entre los primeros 20 países donde más deforestación se lleva a cabo.
La meta es que en cinco años sean 100 mil los árboles salvados por esta empresa. El objetivo para la Navidad de 2012 es bajar los precios que van desde los 350 pesos hasta los mil 400 pesos, para que más gente tenga la posibilidad de adoptar un árbol vivo y extenderse a otros estados como Jalisco, Estado de México, Querétaro, San Luis Potosí y Morelos.
Las calles como cementerios
Después de tres semanas de ofrecerles luz, sus dueños deciden que la calle es el mejor cementerio para darle descanso eterno. Otros ocupan los camiones de basura cómo carrozas fúnebres para encaminarlos a algún basurero. No podía ser de otra forma, desde que los compraron su destino estaba marcado: la basura. Son dos millones de pinos Douglas, uno de los árboles que más oxigeno aportan a la Tierra los que fueron sacrificados para adornar la Navidad de 2011 y que hoy son cadáveres con ramas secas y hojas destrozadas tiradas en camellones, banquetas, parques o algún otra tumba urbana.
Deshacerse de él no es sencillo. Cuesta trabajo sacarlo de casa porque con las ramas secas no se puede abrazar, ni amarrar, deja rastro de su muerte por donde pasa.
Alejandra lo lleva arrastrando junto con su trabajadora doméstica por las calles de la colonia Narvarte. Ella va en la punta y Agustina lo toma de la base de madera. En todo el camino van dejando ramas secas. Se dirigen al parque donde la Secretaría del Medio Ambiente del Gobierno del DF los recoge para composta.
“Me siento menos mal de haber matado a un árbol trayéndolo a que sirva como composta, aunque cada año se me olvida el remordimiento y vuelvo a comprar el más grandote, frondoso y verde que veo en el mercado”, dice Alejandra, de 50 años, quien adorna con árboles naturales su casa desde hace 30 años.
De premio a Alejandra le darán plantas de ornato y “bolsa-muestra” con composta y un instructivo para su aplicación.
En las 16 delegaciones políticas hay centros de acopio, la mayoría están en los parques y son parte de la campaña “Árbol por Árbol, tu Ciudad Reverdece”.
Los recolectores de basura son exigentes y si no se les da una generosa propina que va de los 25 a los 50 pesos, simplemente no lo recogen.
Fuente: ElUniversal.com.mx
Por: Cinthya Sánchez.
Publicada: 17 de enero de 2012.