Eso es lo que decidió poner a prueba John Cisna, un profesor del estado de Iowa, que en 2013 inició un experimento que consistió en seguir durante 180 días en una dieta basada únicamente en productos de la cadena de restaurantes de comida rápida estadounidense.
Cisna explicó que una de sus motivaciones había sido desmontar las afirmaciones que se hacían en el documental de 2004 «Super Size Me», en el que el cineasta Morgan Spurlock mostraba los efectos negativos que había tenido sobre su salud el alimentarse durante 30 días en McDonald’s.
John Cisna limitó su ingesta de calorías a 2.000 diarias, realizando sesiones de ejercicio de 45 minutos 4 o 5 días a la semana.
¿El resultado? Tras seis meses haciendo desayuno, comida y cena en McDonalds logró perder 27 kilos y bajar su nivel de colesterol.
El experimento de Cisna llamó la atención de la cadena de restaurantes, que lo convirtió en uno de sus embajadores de marca, a cambio de una cantidad de dinero que no se hizo pública.
Desde hace un año, este profesor de ciencias se dedica a visitar escuelas de primaria de todo EE.UU. mostrando a los estudiantes el documental de 20 minutos en el que cuenta su experiencia, titulado «540 Meals: Choices Make the Difference» (540 comidas: las opciones marcan la diferencia).
En él, Cisna asegura que su experimento demuestra «que no hay nada malo con la comida rápida ni con McDonalds» y señala que durante los seis meses en los que siguió su particular dieta, pudo comer de todo, «incluyendo hamburguesas, helados y papas fritas».
Controversia
El hecho de que un embajador de McDonald’s esté dando consejos nutricionales a los niños y niñas del país ha provocado el enfado de numerosas asociaciones de padres y profesores de EE.UU., que han pedido a la compañía que deje de llevar a cabo lo que consideran es «una campaña de márketing encubierta».
Expertos en nutrición también han señalado que es peligroso que en un momento en el se trata de hacer frente a la epidemia de obesidad infantil en EE.UU., en un entorno escolar se transmita el mensaje de que la comida rápida es saludable.
Aseguran que consumiendo sólo 2.000 calorías diarias y realizando ejercicio físico, Cisna hubiera perdido peso comiendo cualquier cosa y subrayan que en el documental no se hace referencia a la importancia de una dieta variada que incluya productos como frutas y vegetales.
John Cisna señala que su objetivo no era ni mucho menos «recomendar que la gente coma exclusivamente este tipo de comida, sino que son sus propias decisiones las que pueden marcar la diferencia».
Por su parte, McDonald’s se defendió asegurando que el programa en el que participa Cisna tiene buena intención y que la realidad es que mucho niños estadounidenses consumen a diario comida rápida.
La compañía no respondió a la solicitud de entrevista enviada por BBC Mundo.
En declaraciones recogidas por diario The Washington Post, la representante de McDonald’s Christina Tyler aseguró que el objetivo del programa en el que participa Cisna, que va acompañado con una guía de discusión para los profesores, «es simplemente provocar un diálogo y una discusión sobre elecciones y equilibrio en nuestra sociedad».
«Creemos que existe la oportunidad de cambiar la manera en la que hablamos de nutrición y bienestar para preparar mejor a los estudiantes para que tomen decisiones informadas sobre su salud y su dieta a lo largo de su vida», dijo Tyler.
Donaciones a escuelas
McDonald’s realiza donaciones a muchos centros educativos con problemas de presupuesto.
Según destacaba recientemente el TheWashington Post, una de las razones por las que escuelas de todo el país aceptan mostrar a sus estudiantes el documental de John Cisna son las donaciones que McDonald’s realiza a muchos centros educativos con problemas de presupuesto.
Uno de los programas estrella de McDonalds son las llamadas «McTeacher’s Nights» (Noches de los McProfesores).
Se trata de eventos de recaudación de fondos a los que se invita a los estudiantes y a sus padres y que consisten en poner durante una noche a los profesores de las escuelas a servir hamburguesas en alguno de los restaurantes locales de la cadena.
Parte de la recaudación que se consigue se dona a los centros educativos participantes en el programa.
Importantes organizaciones de padres y profesores del país consideran que este programa no es más que «una herramienta de márketing» más, e igual que con el programa en el que participa Cisna, han pedido a McDonald’s que lo suspenda al considerarlo una «práctica explotadora».
Desde McDonald’s aseguran que gracias al programa «McTeacher’s Nights», desde 2013 han donado US$2,5 millones a escuelas de todo el país.
«Publireportaje»
Bettina Elias Siegel, experta legal en cuestiones relacionadas con la nutrición, fue la que llamó la atención de los medios estadounidenses sobre el programa en el que participa John Cisna.
Siegel inició una petición en la página Change.org para que la compañía de comida rápida suspenda esta iniciativa, recogiendo hasta el momento más de 75.000 firmas.
«Si ves el documental te das cuenta de que se trata de un publireportaje de McDonald’s. Es publicidad corporativa muy agresiva, algo que creo no tiene espacio en nuestras escuelas», asegura Siegel en conversación con BBC Mundo.
«Con el documental se supone que quieren enseñar a los niños a hacer elecciones saludables si van a McDonald’s. Si realmente ese fuera el objetivo del filme, quizás no lo consideraría tan problemático».
«Pero la cuestión es que el documental no hace eso, sino que anima a los niños a comer incluso más comida chatarra de la que ya consumen y a hacerlo de manera más libre», apunta Siegel.
Según Siegel, «McDonald’s tiene desde hace tiempo una estrategia para introducir su marca en las escuelas, a través de acciones que ayudan a financiar a esas escuelas, lo que es muy preocupante».
«Las grandes compañías alimentarias saben que los niños son impresionables y que la lealtad a una marca se crea a una edad muy temprana, por lo que las escuelas son el mejor lugar para promocionar sus productos».
«Pero creo que lo que hace McDonalds es único por la agresividad de sus campañas en los centros educativos».
Siegel asegura que quiere «los padres y profesores sean conscientes de lo que está haciendo McDonald’s».
«Pueden enseñar este documental en internet, en los cines… donde quieran. Pero no creo que el lugar para mostrarlo sean las escuelas».
«Plataforma publicitaria»
Sriram Madhusoodanan, de la organización Corporate Accountability International, concuerda con Siegel en que las escuelas no son el lugar para que McDonald’s promocione sus productos.
«Este documental es la última de una larga lista de estrategias que McDonald’s ha utilizado para dirigirse a los niños. Queremos que la gente sepa que esto está sucediendo en nuestras escuelas», señala Madhusoodanan en conversación con BBC Mundo.
«Hace un mes nos juntamos con la Asociación Nacional de Educación, el mayor sindicato de profesores del país, y otros 50 sindicatos, para pedir a McDonald’s que deje de organizar las llamadas McTeacher’s nights».
«En estas veladas McDonald’s pone a los profesores a vender comida rapida a sus estudiantes, con lo que consiguen una plataforma publicitaria enorme, al tiempo que la cantidad de dinero que da a las escuelas es muy pequeña», señala Madhusoodanan.
«No hay que olvidar que ellos también son culpables de la epidemia de enfermedades relacionadas con la dieta que hay en este país».
«Las escuelas tienen serios problemas de financiación y McDonald’s se está aprovechando de la situación para hacer publicidad», dice el representante de Corporate Accountability International.
Por el momento McDonald’s no tiene intención de dejar de mostrar el documental de John Cisna en colegios de todo el país.
Fuente: BBC