Tener un equipo de trabajo integrado por talentos estrella e incluso colaboradores con los que no congenias, no es nada sencillo de manejar, ya que cada uno tiene una manera muy distinta de laborar y desarrollarse dentro de la empresa… y para colmo, hoy venimos a descubrir que los premios y castigos en la empresa no funcionan.
No obstante, es obligación y responsabilidad de cada líder, conocer la forma de ser y de trabajar de cada uno, pero sobre todo, saber cómo motivarlos y ayudarlos a sacar su máximo potencial. Aunque muchos líderes desconocen la manera adecuada de hacerlo.
Como responsables de cada equipo de trabajo, los líderes deben darse el tiempo de encontrar un método adecuado de incentivar y fomentar el sano desarrollo de diferentes habilidades, pero para hacerlo, primero, deben entender que gestionar a una plantilla laboral no tiene nada que ver con premios o castigos.
¿Por qué los premios y castigos en la empresa no funcionan ?
Muchos comparten la idea de que, la mejor forma de incentivar al equipo de trabajo es bajo la rutina de darles un premio (zanahoria) o un castigo dependiendo la calidad y el cumplimiento de sus horarios y trabajo, sin embargo, este enfoque es incorrecto porque en lugar de motivarlos lo único que provocan es que los colaboradores se sientan dentro de un ambiente laboral asfixiante y hostil.
¿Por qué no intentar una forma más humana de motivarlos? De acuerdo con Lisa Lai, colaboradora para Harvard Business School Publishing, la mejor forma para hacer que se sientan a gusto con su trabajo es alejar el método de la zanahoria o el castigo, de una vez por todas, y sugerir un sano diálogo entre el equipo de trabajo.
Esta tarea debería ser sencilla, y convertirse en una rutina responsable dentro de las empresas pero para muchos jefes que carecen de carisma o la creatividad necesaria, representa una actividad bastante complicada y un tanto tensa; más si no han entendido que los premios y castigos en la empresa no funcionan.
Para fomentar un mejor ambiente laboral, Lisa Lai, resaltó algunas piezas claves que pueden hacer de esta tarea, algo más sencillo y amigable. ¡Toma nota!
1-. ¡Comparte!
No existe motivación más fuerte para los colaboradores que un reconocimiento sincero y espontáneo de su trabajo.
Para comenzar a incentivarlos, piensa en el contexto del trabajo que están realizando: ¿qué hacemos cómo organización y equipo?, ¿por qué lo estamos haciendo?, ¿quién se beneficia de nuestro trabajo y cómo?, ¿qué impacto podemos alcanzar?
Todas esas preguntas debe responderlas un líder antes de exigir el cumplimiento de alguna tarea, ya que, un colaborador siempre se sentirá más motivado cuando sabe que su trabajo tiene importancia y un impacto favorable sobre algún objetivo o comunidad.
Evitar frases como «Bien hecho, aunque al final ya no lo utilizamos» u otras así, ya que son la forma más directa de diezmar el ambiente de trabajo.
2-. ¡Superen los obstáculos!
Cuando un líder solicita alguna tarea en específico a un miembro del equipo, es seguro que este se encontrará con algunos obstáculos y desafíos a lo largo del camino.
Fomentar la proactividad en este sentido es vital. Pensar que los empleados deben saber cómo resolver todo y que deben hacerlo en el tiempo que lo deseamos es un absurdo. Dales autonomía, pero entiende que su trabajo demanda un proceso que ellos conocen bien y que si se apresura, lo único que se conseguirá son resultados mediocres. Exigir grandes tareas en lapsos muy cortos, no habla mal del colaborador, sino del jefe.
Al igual que en el primer consejo, todo líder deben cuestionarse lo siguiente: ¿qué podemos hacer para cumplir el reto?, ¿cómo superar los obstáculos, incluyendo el tiempo?, ¿cómo mantener el compromiso de ellos a pesar de las probabilidades de un mal resultado?
Cualquier colaborador se siente motivado, cuando se enfrenta a un reto laboral que sabe que lo hará crecer tanto personal como laboralmente. Muchos podrán cumplir, pero esto no quiere decir que los líderes deban darles una carga excesiva de trabajo.
3-. ¡Muestra afecto!
Por sencillo que parezca, motivar a los colaboradores por medio del castigo o premio, no es la mejor manera de ayudarlos. Es mucho más poderoso que el responsable ofrezca una sana retroalimentación y reconozca de manera grupal e individual la gran labor y esfuerzo que hacen sus compañeros día con día.
Sin caer en cuestiones personales, la buena relación y el interesarse por sus vidas también es un aliciente. Organizar comidas o salidas mensuales para compartir, fuera del ambiente laboral, también es una buena práctica. Un jefe que solo aparece para pedir, exigir o reclamar, nunca será un buen líder.
Los diferentes equipos de trabajo se sienten más comprometidos y motivados cuando se les reconoce sus contribuciones y se sienten apreciados como seres humanos y valorados por su empresa.
4-. ¡Evalúate!
¿Qué pasa cuando has hecho de todo y todavía no logras motivarlos del todo? Quizá el que necesita cambiar el modo en que está haciendo las cosas seas tú.
Si un líder no logra tener una conexión sincera con su equipo de trabajo, se verá reflejado con el desempeño de los colaboradores. Es por ello que cada responsable también debe comprometerse con cumplir de manera adecuada su labor e intentar mejorar su trato hacía las personas, algo en lo que falla la mayoría al confundir su propia autoridad.
La pieza fundamental para motivar a los colaboradores es que ellos vean que sus líderes son responsables y falibles y por ende, también enmiendan sus errores en pos de cumplir los objetivos. Si ahora sabes que los premios y castigos en la empresa no funcionan, y llegas a fallar ¿te vas a autoflagelar?
Así que, la próxima vez que quieras incentivar a tus colaboradores, guarda la estrategia de la zanahoria y los castigos porque no te va a funcionar. En su lugar demuestra tu compromiso, comparte, brinda una retroalimentación constante y honesta. Busca retos que motiven a tus colaboradores a crecer pero sobre todo atrévete a crear relaciones laborales más estables.