Dos ONG suizas eligieron hoy al Barclays como la empresa más irresponsable, al considerar que está orientado sólo a generar beneficios y hace sus negocios «a costa de las poblaciones pobres, especulando con las materias primas», y el público designó a la brasileña Vale como la firma más cuestionable.
La sección suiza de Greenpeace y la Declaración de Berna -una organización no gubernamental orientada a vigilar el impacto social de las actividades de las multinacionales- dijeron hoy que el banco británico Barclays registra el mayor crecimiento del sector en sus negocios con materias primas, lo que tiene como consecuencia «hacer subir los precios de los productos alimentarios básicos».
«Únicamente en el segundo semestre de 2010, 44 millones de personas en el mundo cayeron en la extrema pobreza a causa de esa alza de precios», indicaron ambas organizaciones, que cada año identifican públicamente a las empresas que consideran que han violado más los derechos humanos en sus actividades y hacen coincidir el evento con el Foro Económico Mundial de Davos.
El «galardón» creado por Greeanpeace y la Declaración de Berna lleva el irónico título de «El Ojo Público de Davos» y también cuenta con una categoría en la que el público puede participar por internet y votar por las compañías que consideran menos éticas.
El acto de entrega simbólica se realiza en la localidad suiza de Davos, a escasa distancia de la reunión del Foro Económico Mundial, cita que probablemente concentra cada año al mayor número de ejecutivos de empresas de todo el mundo.
La votación del público, que este año tuvo una participación récord de 88.000 personas, otorgó el primer lugar en la categoría de empresa cuestionable a la brasileña Vale, que recibió 25.000 votos.
Se trata del segundo grupo minero del mundo y primer productor mundial de hierro en bruto y al que esas ONG acusan de «atentar contra los derechos humanos», de imponer «condiciones de trabajo inaceptables» y de «sobreexplotación de la naturaleza».
«Este grupo minero brasileño participa actualmente en la construcción de una represa en Belo Monte, en la Amazonía. La realización de este proyecto forzará a cerca de 40.000 personas a dejar sus domicilios sin haber sido consultadas y sin recibir la más mínima compensación», afirmaron.
El invitado de honor para la entrega de estos premios a las empresas menos éticas fue el premio Nobel de Economía 2001 el estadounidense Joseph Stiglitz, quien sostuvo: «para proteger el planeta y nuestra sociedad se necesitan regulaciones públicas que permitan luchar contra los abusos».
El segundo elemento necesario, agregó, es que tanto empresas como individuos «amplíen su noción de interés personal», es decir que comprendan que, por más privilegiados que sean, «no podrán mantenerse eternamente ajenos a las consecuencias de sus actos».
Fuente: Finanzas.com
Publicada: 27 de enero de 2012.