Es una realidad que hoy en día los efectos del cambio climático ya se han dejado sentir en ciudades como la nuestra. Ejemplo de ello son las modificaciones que se han presentado en los últimos años en la intensidad y la temporalidad de las lluvias, en la elevación de las temperaturas medias anuales, así como en el incremento de la frecuencia de los fenómenos meteorológicos extremos de gran impacto y de magnitud.
La vulnerabilidad de las ciudades del mundo ante el cambio climático las ha obligado a realizar una serie de acciones que permitan identificarlos riesgos para sus poblaciones e iniciar trabajos de adaptación para mejorar las condiciones de los sectores más desfavorecidos.
Ante este escenario, el Gobierno del Distrito Federal, en conjunto con el Urban Anchor, el Banco Mundial y el Global Development Learning Network, elaboraron el estudio sobre El impacto del cambio climático en la Ciudad de México, en el cual se reporta que la población de esta megaurbe vivirá los impactos del calentamiento global de forma diferenciada, de acuerdo con su nivel socioeconómico y su ubicación geográfica.
En el estudio se ratifica que la inversión que se haga en la implementación de acciones para combatir el cambio climático y en medidas de adaptación, será considerablemente menor en comparación con los costos a futuro que implicaría no hacer nada desde ahora.
Por ello, el Gobierno del Distrito Federal se dio a la tarea de aplicar acciones urgentes para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y la adopción de medidas de adaptación ante el cambio climático. Desde 2008 se publicó el Programa de Acción Climático de la Ciudad de México, mismo que identifica y presenta los elementos básicos que se requieren para la instrumentación de una serie de líneas de acción y actividades específicas que se deben llevar a cabo a fin de reducir los riesgos y los efectos de dicho fenómeno.
De 2008 a junio de 2011 se ha logrado reducir 5 772 033 toneladas de bióxido de carbono equivalente [TonCo2eq] acumuladas, lo que representa 82% de avance respecto a la meta de 7 millones de toneladas de Co2eq acumuladas, establecidas como meta en el Programa de Acción climática 2008-2012.
Adicionalmente, en la ciudad de México se firmó, en el marco de la Cumbre Climática Mundial de Alcaldes llevada a cabo el 21 de noviembre de 2010 en esta ciudad, el Pacto de la Ciudad de México, en el que se reafirma el compromiso de esta megaurbe para adoptar medidas efectivas en la reducción de emisiones de carbono, mejorar la eficiencia energética, aumentar el uso de las energías renovables, así como hacer frente a fenómenos naturales cada vez más graves y frecuentes producidos por el cambio climático, mejorando la gestión y la prevención de riesgo. Ésta ha de ser una responsabilidad compartida entre los niveles: internacional, nacional, regional y local.
Sin embargo, para llevar a cabo las medidas de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y una adecuada adaptación a los efectos del cambio climático, se requieren urgentemente recursos adicionales para cumplir con el fin de crear ciudades exitosas y sostenibles, además de competencias legales, financieras y fiscales que se adecuen a las responsabilidades de las ciudades.
Los gobiernos nacionales deben reconocer que el desafío urbano ocupa un lugar central en nuestro futuro común, y deben trabajar con las ciudades para hacer frente a este reto. Es esencial que los gobiernos nacionales y los organismos internacionales que dan financiamiento, lleguen a un acuerdo con las ciudades, los gobiernos locales y los regionales, para promover y alcanzar un desarrollo urbano positivo, con inversiones bien planificadas y programas de fortalecimiento de capacidades.
Fuente: Revista Equilibrio, p 6.
Por: Martha Delgado Peralta, Secretaria del Medio Ambiente del GDF.
Publicada: marzo de 2012.