Para preservar los recursos hídricos, la acción concertada y colectiva es crucial. De acuerdo con el Foro Económico Mundial, el cambio climático ha intensificando la escasez de agua, por lo que los gobiernos deben priorizar el suministro para el consumo humano y las iniciativas individuales no son suficientes.
El problema es también un tema de negocios, según un análisis de Ceres —organización sin fines de lucro— que señala que más del 50% de las empresas que cotizan en los índices S&P 500, Russell 3000, MSCI World y MSCI EM están expuestas a riesgos por falta de agua, que van de medianos a altos, de acuerdo con Sustainable Brands.
Las consecuencias negativas abarcan impactos en sectores tan diversos como la agricultura, la minería, los servicios públicos, la tecnología, los productos de consumo básico y la energía. Pero sin acciones que prioricen la gestión de los recursos hídricos de manera responsable y con una estrategia sólida se corre el riesgo de hacer insostenible el abastecimiento de este líquido vital.
Riesgos por falta de agua
Actualmente, una cuarta parte de la población mundial está experimentando un estrés hídrico extremo y períodos crecientes de escasez. De hecho, una de cada tres personas en todo el mundo no tiene acceso a agua potable segura, mientras que el 80% de las aguas residuales que regresan al ecosistema se devuelven sin el tratamiento adecuado, como lo reporta Anthesis Group.
Los riesgos por falta de agua se traducen en las operaciones comerciales, interrupción a las cadenas de suministro, aumento de los costos de las materias primas e incluso poner en riesgo la salud y la seguridad de las y los colaboradores.
La gravedad de la situación destaca la necesidad urgente de que gobiernos, empresas y sus partes interesadas emprendan iniciativas colaborativas que protejan al agua.
La crisis hídrica es un riesgo financiero
Las corporaciones son los usuarios de agua más grandes del mundo, con casi dos tercios de todo el consumo, que está destinado a la producción de ingredientes para las cadenas de suministro.
Por ello, a medida que aumentan los riesgos por falta de agua, las industrias deben asegurar a sus inversores que las operaciones comerciales seguirán siendo rentables y sostenibles, y que se implementarán las políticas adecuadas para asegurar los recursos hídricos en sus operaciones tanto a corto como a largo plazo.
Durante demasiado tiempo, los inversores han carecido de datos y análisis para tomar decisiones bien informadas en torno a los riesgos financieros de los impactos del agua. Sin embargo, esto está cambiando.
Divulgación de riesgos climáticos
La escasez de agua es más difícil de rastrear que otros problemas relacionados con el clima, como las emisiones de carbono. Pero, ante el estrés hídrico que enfrenta el planeta para 2030, se necesita un cálculo urgente.
Por ejemplo, el Centro para la Competitividad del Mercado de Capitales de la Cámara de Comercio de EE.UU. revisó una amplia gama de informes sobre sostenibilidad y descubrió que cerca de dos tercios de las compañías hablan del agua. Aunque, al igual que con otros aspectos del cambio climático, faltan datos estandarizados, consistentes, oportunos y confiables que brinden a los inversores datos útiles para la toma de decisiones.
Sin embargo, las nuevas reglas propuestas por la Comisión de Bolsa y Valores de EE. UU. (SEC, por sus siglas en inglés) sobre la divulgación de riesgos relacionados con el clima exigen el riesgo del agua en el expediente, más allá de simplemente considerar el carbono.
Con la propuesta en puerta, la SEC abre una gran oportunidad en la reducción de los impactos climáticos. Además de que involucra a las corporaciones de inversionistas en abordar los peligros y oportunidades del cambio climático como una responsabilidad fiduciaria para la creación de valor a largo plazo.
Inversionistas por la acción climática
Climate Action 100+ es uno de los compromisos de los inversionistas para abordar el cambio climático y está dirigiéndose a las empresas que generan el 85% de las emisiones industriales globales.
La iniciativa está movilizando el poder de su capital para reunir a 700 inversionistas responsables de $60 billones en activos, para garantizar que los directorios empresariales desarrollen estrategias y establezcan objetivos de transición justa a una economía de cero emisiones netas.
Para lograr esa meta, es fundamental la presentación de informes de divulgación que que promuevan información consistente, comparable y confiable para que los inversores capten el rendimiento sostenible y ajustado al riesgo.
En este sentido, la inclusión del riesgo del agua brindaría el impulso para proporcionar los datos que pueden transparentar la asignación de capital y la administración, garantizando rendimientos sostenibles y ajustados al riesgo.
