Aunque los tatuajes han existido hace milenios, hubo épocas en que eran vistos como sinónimo de criminalidad. Las personas los evitaban y, quienes tenían uno, debían ocultarlo en determinadas ocasiones, especialmente en el trabajo. Esa mentalidad ha ido cambiando y cada vez más personas se animan a hacerse un tatuaje, tanto jóvenes como adultos.
En México aproximadamente 12 millones de personas tienen tatuajes, según reporta el periódico Milenio. ¿Qué tan segura es la tinta que se han inyectado en la piel?
Hay varias irregularidades en el control sanitario de la tinta que es fabricada mayormente en Estados Unidos e importada a otros países, dice el reporte de la Comisión Europea. La materia prima de los tatuadores está compuesta de químicos peligrosos que han sido prohibidos en maquillajes, pero que no han sido excluidos en los procesos de esta industria, ya que no existe una legislación que así lo indique.
Entre los ingredientes e impurezas que este líquido puede contener se incluyen más de cien colorantes y cien aditivos; aproximadamente el 80% de los colorantes son vegetales y más del 60% son pigmentos azoicos –conocidos por ser usados en cartuchos para impresoras o pintura de autos–, que pueden liberar aminas aromáticas cancerígenas. El gobierno australiano hizo un análisis de las tintas utilizadas en tatuajes y confirmó que el 22% están hechas con químicos causantes de cáncer.
A pesar de estos estudios, todavía es difícil medir completamente el daño que estos componentes pueden hacer al organismo. “¿Qué hay en el tatuaje y qué le puede provocar al cuerpo? La respuesta es que no lo sabemos”, dijo Tyler Hollming, director de Dermatología en el programa de cuidado de la salud de la Universidad Stanford. Agregó que lo único que es seguro decir es que, cuando la piel es inyectada con tinta, los glóbulos blancos “comen” la tinta intentando defender la sangre de esta sustancia extraña y potencialmente dañina.
Ya que gran parte de la tinta se produce en Estados Unidos, sería sencillo pensar que la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA son sus siglas en inglés) examinaría el producto antes de aprobar su venta; sin embargo hasta ahora la organización parece haber dado prioridad a otros asuntos, ya que casi no hay evidencia de que estos químicos estén perjudicando la salud de la población, así lo declaró Lauren Sucher, vocera de la FDA.
El único momento en que la organización investiga es cuando surge un reporte de seguridad. Por ejemplo, la compañía A Thousand Virgins, establecida en Miami, retiró algunos de sus productos después de que hubo un brote de infecciones cutáneas en Florida. La FDA recibió esta alerta, examinó el producto y encontró contaminación bacteriana en botellas cerradas de tinta gris. Después de esto, la organización alertó a los tatuadores de no usar productos de esa compañía ya que la tinta contaminada no solo podía irritar e hinchar la piel, sino causar sepsis, una enfermedad provocada por una extrema respuesta inmunitaria a una infección bacteriana que puede matar a la persona.
Este caso se dio en el 2015, pero la demanda de tatuajes sigue aumentando y la FDA se está dando cuenta que debe regular más la industria. Por ello, han puesto en marcha estudios en el Centro Nacional de Investigaciones Toxicológicas en Arkansas, acerca de cómo actúa la tinta en la piel y sus consecuencias a largo plazo. Uno de los pigmentos que están analizando es el Amarillo 74, conocido por desvanecerse con la luz del sol. “Queremos saber qué pasa con la tina. ¿Adónde se va ese pigmento?”, mencionó el líder de la investigación, quien resaltó el hecho de que, probablemente, ese pigmento continúe en el organismo y sea tóxico. Otra posibilidad es que el cuerpo destruya la tinta de la misma forma en que se deshace de las bacterias cuando combate una infección.
Algunas compañías productoras de tinta también han decidido colaborar y han puesto etiquetas con advertencias sobre los efectos secundarios –cáncer, defectos de nacimiento y daño al sistema reproductivo– que pueden tener sus artículos. Otras empresas aseguran que utilizan ingredientes orgánicos en su tinta, pero el periódico The Guardian cuestiona este hecho ya que en esta industria tampoco se regula el uso de los términos “orgánico” y “natural”, por lo que no es convincente que en realidad estén usando sustancias que no afecten la salud.
Sí, los tatuadores deben tener cuidado al elegir la tinta que adquieren, pero no hay que volvernos paranoicos. Es cierto que muchos químicos que componen la tinta pueden causar cáncer, mas es una probabilidad y no un hecho inequívoco. Algunos investigadores han encontrado que la relación entre los tatuajes y el cáncer es mínima. Hasta el momento, la única relación cierta que tiene la gente tatuada con esta enfermedad es que los diseños en la piel muchas veces impiden que los dermatólogos identifiquen lunares u otras señales potencialmente cancerígenas.