Antonio Tamayo Neyra
Dentro del trágico panorama que presenta la situación de Haití por el fuerte terremoto registrado la semana pasada, es positivo ver el tamaño de la respuesta a escala internacional que se ha presentado, lo cual habla de alguna forma de la solidaridad y responsabilidad social todavía existente en el ser humano.
Equipos para rescatar a quienes se encuentran atrapados entre las ruinas, agua, alimentos y ropa llegan de todas partes del mundo, junto con barcos hospitales para atender a la población del país más pobre del continente americano.
La capital Puerto Príncipe está convertida en una inmensa Torre de Babel tanto de idiomas como de culturas, en donde todos los que han llegado en su auxilio están hablando ahora el mismo idioma y respondiendo a un mismo llamado, atendiendo el reclamo de sobrevivencia de una nación desolada y devastada ante la fuerza de la naturaleza; tal vez en la historia reciente, solamente el tsunami en el Océano Pacífico de hace algunos años y ahora este trágico evento, sean los que han logrado una atención del resto del mundo de tal magnitud.
Al margen de las posibilidades tecnológicas actuales, es posible que haya habido otras tragedias humanas de las mismas dimensiones en alguna de las grandes guerras mundiales del siglo pasado, pero no tuvieron un origen natural y seguramente no fueron atendidas con la misma prontitud como lo estamos viendo ahora.
Pero la intención del comentario anterior no se trata únicamente de hacer comparaciones en términos cuantitativos, sino de resaltar que tal vez sean las mismas causas del desastre, lo que ha provocado el tamaño y tipo de respuesta.
Y en este mismo aspecto comparativo, no creo exagerar que el terremoto natural que destruyo cientos o tal miles de edificaciones y mató a miles de personas en esta pequeña isla del Caribe, sea de la misma proporción del terremoto financiero que sacudió al mundo desde prácticamente septiembre del 2008 hasta ya adentrado el 2009.
Y si bien en este mencionado terremoto financiero no hubo destrucciones físicas ni fallecidos; si fue prácticamente a escala mundial, hubo una inmensa cantidad de empresas desaparecidas y de muertos y heridos socioeconómicos que ahora están desempleados o subempleados con una importante escasez de recursos económicos para sobrevivir.
Sería muy positivo (en el terreno de los hubiera), que las empresas y sociedades del mundo respondieran con la misma rapidez y espontaneidad para atender los reclamos de pobreza que se han presentado en todo el planeta.
Así, de la misma manera que se está buscando atender a los sobrevivientes del terremoto haitiano, es necesario también ayudar a los damnificados del terremoto económico-financiero que impacto a una gran parte de la humanidad.
Y para lograr lo anterior, se requiere solamente de la voluntad para poner en práctica una Responsabilidad Social en donde además de ayudar a los afectados, a la larga la sociedad mundial toda saldría beneficiada.
Puede que suene como una quimera trasnochada lo antes señalado, o algo muy lejano todavía pero; ¿por qué no empezar desde ahora?
Seguiremos platicando …
Blog: http://atamayon.blogspot.com/
Antonio Rey Tamayo Neyra
Licenciado en Administración por el Instituto Tecnológico Autónomo de México, y actualmente estudiando la Maestría en Sociedad de la Información y el Conocimiento en la Universidad Abierta de Cataluña. Dedicado al periodismo de investigación desde 1987 especializado en temas socioeconómicos. En los pasados 19 años hasta la fecha, colaborando en el periódico El Financiero como Coordinador Editorial y Redactor de Proyectos Especiales, además de haber escritor para otros medios durante este mismo tiempo. Adicionalmente se ha dedicado también a la consultoría y capacitación en relacionales laborales desde hace 18 años, trabajando para diferentes empresas en todo México. De siete años a la fecha, involucrado en el tema de Responsabilidad Social, realizando varios proyectos editoriales, y estudiado un diplomado al respecto coordinado por el Tecnológico de Monterrey, Cemex y el Banco Mundial, y un curso del mismo tema en la Universidad Abierta de Cataluña.