Para muchas personas, líderes y empresas, las crisis como las que se han derivado de la pandemia son una oportunidad para prepararse, reorganizarse, capacitarse y hallar soluciones que permitan hacerle frente a todo lo que está sucediendo.
Esta forma de pensar nos ha dejado ver casos extraordinarios de compañías de todos los tamaños, organizaciones e incluso personas que desde sus trincheras han encontrado la manera de proteger sus intereses y las de sus stakeholders.
Con ello, también han llegado diversas iniciativas que resaltan la importancia de replantear el estilo de vida que llevábamos y las actividades diarias como ir a trabajar.
Para expertos en responsabilidad social así como empleadores, la crisis de la pandemia se ha tornado en una oportunidad para redefinir la cultura laboral que requerirá mucho liderazgo y empresas más conscientes.
Los tiempos difíciles son una oportunidad
Para muchos empleadores, este es un momento esencial para atraer la conversación, y para que los líderes corporativos presten más atención a los fundamentos de la cultura laboral.
Durante los próximos meses de adaptación a la nueva normalidad, y en medio de numerosas rondas de despidos, se podrán escuchar muchas historias donde las empresas no funcionaron éticamente.
Lo que derivará informes de responsabilidad social un tanto erróneos que harán lucir a diversas empresas “bien”, aunque la realidad sea otra.
También, escucharemos acerca de una falla en liderazgo donde los representantes empresariales priorizan las necesidades comerciales a expensas de la salud y la seguridad psicológica de sus colaboradores que ayudaron a construir el negocio.
Y, por último, tendremos un apogeo en historias sobre exclusión donde el «dentro del grupo» se vuelve aún más poderoso y el «fuera del grupo» se vuelve más marginado.
Estas dinámicas no son específicas de ningún negocio. Es justo lo que sucede cuando las cosas se ponen difíciles y una organización carece de normas y prácticas sólidas.
Sin embargo, en tiempos difíciles como la pandemia actual, las empresas tienen tienen una oportunidad para fortalecerse y proteger sus intereses cuidando lo que los rodea.
Este es el momento en que los líderes de una empresa se incorporan para servir de manera valiente que integre a su equipo de trabajo y así poder salir de manera conjunta hacia adelante.
Lideres: una pieza clave
Los líderes que no dan un paso al frente de una manera valiente y respetuosa, podrán ver sus acciones escrutadas y cuestionadas en tiempo real en las redes sociales e integrarse a esas historias sobre cómo no reaccionar ante una crisis.
Es la primera vez en la historia que los líderes corporativos tomarán estas decisiones difíciles bajo un microscopio de redes sociales tan grande y de cara al tribunal de la opinión pública pero sobre todo ante una pandemia que llegó y no piensa irse tan rápido como quisieramos.
Hoy, cada paso en falso se puede gritar al mundo a través de Twitter, Instagram, YouTube o Facebook en minutos y ser visto por una audiencia global y en un foro que carece de contexto o una perspectiva equilibrada.
Miles de colaboradores están trabajando de forma remota, lo que resalta la importancia de que los líderes comiencen a construir conexiones intencionalmente y más valiosas, así como reforzar las normas y prácticas corporativas para fortalecer la cultura del lugar de trabajo.
Esta es una oportunidad para desarrollar habilidades laborales de empatía, buena comunicación e inclusión para apoyar mejor a una fuerza laboral distribuida.
¿Cómo impulsar mejores prácticas?
Con esta oportunidad de redefinir la cultura laboral, las empresas y sus líderes pueden impulsar mejores prácticas para desarrollar un ambiente más saludable en estos tiempos de crisis e incertidumbre derivada de la COVID-19.
A continuación te compartiremos tres maneras de comenzar a impulsar esta nueva manera de trabajar que ayudará a fortalacer la cultura laboral.
- Imagina una audiencia global, un escrutinio público y un respaldo trimestral del lunes por la mañana por cada acción administrativa que tome.
- Se intencional y mantén la disciplina sobre la operatividad del respeto, la inclusión y la ética en la cultura, incluso en medio de la crisis actual.
- Se debe impulsar programas mensuales que aborden cuestiones culturales difíciles que generen comentarios de los empleados para que pueda medir y evaluar los problemas que requieren una atención más centrada para resolverlos.
Sabemos que no es un reto tan sencillo y que no se puede lograr de la noche a la mañana pero abordar e incluso cambiar la cultura de una empresa en circunstancias normales es una tarea desalentadora.
Además, intentar hacerlo mientras estamos en confinamiento en el hogar lo hace aún más complicado pero es importante y necesario.
Se deben comenzar a tomar medidas proactivas ahora para apoyar una cultura de ética, respeto e inclusión será mejor para la empresa, los colaboradores y líderes.
Afortunadamente existen muchas empresas que han logrado desde sus prioridades, comenzar a fortalecer y cambiar la cultura laboral.
Como en el caso de Aeroméxico, que para hacer frente a la contingencia y el impacto generado, desarrolló una estrategia en cinco ejes:
- Seguridad de colaboradores y clientes.
- Servicio al cliente.
- Mantener las operaciones.
- Proteger las finanzas de la empresa.
- Comunicación interna y externa.
Esto ha fomentado que la compañía pueda hacer frente a la situación, mejorar su cultura laboral, proteger sus intereses y cuidar a sus grupos de interés.
También está el ejemplo de Grupo Modelo que ha sido una de las marcas que desde el día uno ha visto cómo adaptarse, apoyar e impulsar un cambio que permita hacer frente a la pandemia.
Como muestra de ello hemos visto iniciativas que apoyan al comercio local a través de aplicaciones así como el desarrollo de una plataforma para emprendedores y voluntariado.
Estas dos marcas son solo algunas que se han convertido en un caso de éxito —también conocido como benchmark— que están replanteando la cultura laboral y el compromiso en materia de responsabilidad social.