Por: Emilio Guerra Díaz
En días pasados la Fundación Ronald McDonald organizó una nueva versión del evento que viene realizando año tras año para recaudar fondos. Se trata de su torneo de Golf.
En Fundaciones Empresariales se ha planteado en varias ocasiones respecto a los compromisos que tiene una empresa para su fundación y la persecución de fondos adicionales para apoyar las causas seleccionadas. Recordando al lector, se ha señalado que las dos obligaciones principales que tiene una empresa con su fundación es pagar su operación y destinar un presupuesto de recursos de inversión.
Pero entonces ¿Por qué la Fundación Ronald McDonald realiza actividades adicionales de procuración de fondos? Desde el punto de vista cultural, en otras naciones como Estados Unidos o Inglaterra, casos que he constatado personalmente, el cliente está insertado en una cultura de la donación a través de diversas acciones, no sólo aportando dinero, sino también participando como voluntario, trabajador comunitario o contribuyendo a mantener bienes públicos.
Justo en esta semana se lleva a cabo el “4º Foro de Sustentabilidad Financiera. Movilizando recursos para lograr el bien común”, organizado por el Centro de Fortalecimiento de Organizaciones de la Sociedad Civil, la Fundación del Empresariado Chihuahuense, el ITESM Chihuahua y el capítulo Chihuahua de la Association For Fundraising Professionals, la Alianza Fronteriza de Filantropía México-Estados Unidos y los Hoteles Real INN; donde se abordarán diversos talleres para guiar a los asistentes en cómo desarrollar acciones que garanticen la continuidad de sus trabajos.
Uno de esos talleres será “Comunicación para la Procuración de Fondos” donde se abordará el tema respecto al tipo de actividades que pueden estar incluidas en un Plan de Procuración de Fondos y la relación que guarda con la comunicación asertiva. Ahí se señalará que las organizaciones civiles tienen la posibilidad de emprender acciones exitosas para recaudar fondos si rompen su ensimismamiento para apoyarse en eventos atractivos que no necesariamente estén fundamentados directamente en la causa social, sino que se estructuran actividades bajo la lógica del interés de distintos targets de potenciales donantes a quienes la OSC ofrece una alterativa de entretenimiento, aprovechamiento del tiempo libre o extensión de actividades que normalmente hacen.
De tal manera un torneo de Golf en ocasiones es mal juzgado o se señala que es una actividad “fashion” o “elitista”. Sin embargo no se contempla que con causa o sin ella, los amantes del golf seguirán jugando torneos. Esos deportistas compiten con otros pero también consigo para mejorar su propio desempeño. Están dispuestos a pagar su inscripción y obtener uno de los premios.
Sí una causa social, como el caso de las que apoya la Fundación Ronald McDonald, es montada a un torneo, todos salen ganando porque la dinámica de la competición permitirá que se destine una bolsa de ayuda económica. Los jugadores van por el torneo pero se sienten bien ayudando a las causas sociales a las que se asocia el evento con la característica de que no tendrán que desembolsar un recurso pues ya ha estado contemplado un pequeño monto para ese fin en la inscripción. Por su parte los patrocinadores estiman adecuado promover su marca pero asociarla con el apoyo a causas filantrópicas es mejor.
De tal manera algunos de los datos del más reciente torneo de Golf revelan tendencias interesantes. Más de 180 empresarios que participaron en un torneo de 18 hoyos, tienen un tiempo adicional para discutir sus asuntos personales pero también se generan otras ideas para apoyar sus causas sociales.
El Dinero recaudado ha permitido a Ronald McDonald de manera acumulada atender a más de 3 mil 300 niños que requieren un tratamiento médico prolongado. Así, dicha fundación opera tres albergues para que los chiquitines y algún familiar les acompañen en sus tratamientos en la Ciudad de México o en Puebla. Socialmente el impacto es extremadamente profundo, pues garantiza que los pacientes por ejemplo en lucha contra el cáncer, sean constantes y no cancelen o posterguen su tratamiento por no poder cubrir esos gastos.
Se advierte entonces que quién participa en un torneo de golf contribuye indirectamente a salvar vidas de esos niños. Las ventajas para los golfistas “donantes involuntarios” es que cuentan con una institución que es corresponsable del manejo transparente del monto obtenido y está dispuesta a rendirle cuentas.
Ahora bien, en todos los locales de McDonalds existen alcancías donde los comensales pueden donar algunas monedas al pagar su cuenta. El volumen que se obtiene permite destinar recursos adicionales para la operación de los albergues y de las organizaciones que dan los tratamientos a los niños.
Este es un buen ejemplo sobre como en alianzas entre fundaciones, empresas y organizaciones enfocados a los intereses de los potenciales donantes pueden generar beneficios para causas sociales que requieren el apoyo.
El camino que emprendió la Fundación Ronald McDonald en México desde 1997 ha sido exitoso y cuentan con varias casas albergues, una al sur de la ciudad de México, otra en Tlalnepantla y una mas en Puebla capital. Lo interesante de este caso es que el corporativo y sus operaciones en 37 países apoyan las mismas causas.
Emilio Guerra Díaz
Emilio Guerra cuenta con amplia experiencia en la Gestión de la RSC, destacando su trabajo en el área de vinculación con la comunidad que potenciar la inversión social empresarial. Ha gerenciado fundaciones empresariales.