Los líderes de las grandes marcas ganan más dinero a la hora del almuerzo del jueves que no que el trabajador promedio ganará en todo el año. Esa es la realidad, al menos en Reino Unido, de acuerdo con un análisis independiente sobre la gran brecha salarial entre los CEO y el resto de los colaboradores de una organización.
Los altos ejecutivos de las empresas que cotizan dentro del índice FTSE 100, publicado por Finantial Times, reciben un promedio de £3.45 M por año, lo que equivale a 120 veces las £28,758 recaudadas en promedio por los trabajadores de Reino Unido a tiempo completo. La situación en el resto del mundo no luce tan distinta.
Un informe de la AFL-CIO, citado por Sin Embargo en Mayo de 2017, reveló que mientras la remuneración de los trabajadores ha avanzado apenas un 2% en el último año, la de los presidentes de las compañías que forman el S&P 500 ha crecido un promedio de 6% para quedar en 13.1 MDD. Esto significa que comparado con los salarios de los trabajadores de nivel operativo, el salario del CEO es 347 veces mayor; una brecha que asciende hasta 403 cuando se habla de trabajadores latinoamericanos en Estados Unidos.
Un análisis de cifras realizado por el Chartered Institute of Personnel and Development (CIPD) en conjunto con el High Pay Center estima que sobre una base de una hora diaria, los jefes británicos habrán ganado más en tres días hábiles, de lo que gana un trabajador promedio en todo un año.
Vergonzosos sueldos de los CEO en Reino Unido
Al respecto, la secretaria general del TUC, Frances O’Grady, dijo que es escandaloso que los directivos estuvieran percibiendo «salarios que parecen números de teléfono», mientras que los trabajadores se encuentran «sufriendo la presión salarial más larga desde los tiempos de Napoleón». Por su parte, Tim Roache. secretario general del sindicato GMB ha advertido que esta brecha es «simplemente obscena».
Esta realidad no nos es ajena en México, donde de acuerdo con la CEPAL en 2017 alcanzamos cifras históricas de desigualdad. El 80% de la riqueza del país está en manos del 10% de la población; mientras que el 10% de las empresas han concentrado el 93% de los activos físicos del país.
El estudio de CIPD publicado por The Guardian, muestra además que los directores ejecutivos de las empresas FTSE 100 reciben un promedio de £898 por hora. Esto es 256 veces lo que los aprendices ganan con el salario mínimo británico.
«¿Alguien realmente piensa que estos gatos gordos merecen 100 veces más que las personas trabajadoras que apuntalan sus imperios comerciales?», cuestionó Roache en declaraciones retomadas por el periódico británico. Destacó que los trabajadores tienen que ahorrar y ahorra para alimentar a sus familias y poner un techo sobre sus cabezas.
Salarios de CEO… ¿Responsables?
Roache ha dicho además que la primer ministro ha fallado en su promesa de hacer frente a los excesivos salarios de los ejecutivos: «El año pasado Theresa May rompió su promesa de garantizar la representación de los trabajadores en los consejos de administración, una medida que habría ayudado a arrojar luz sobre el exceso corporativo», señaló.
Claro que la representación en los consejos directivos no debería ser un problema para la clase trabajadora en ningún país del mundo. Los líderes empresariales tienen la responsabilidad teórica de responder a las necesidades de sus colaboradores, accionistas y clientes por igual; aunque las cifras ciertamente presentan una realidad totalmente distinta. Ellos están viendo, en su mayoría, por el interés de sus cuentas bancarias.
O’Grady ha estado de acuerdo en los trabajadores deben contar con representantes en los comités de pago para garantizar sentido común y equidad salarial. Solicitó que el salario mínimo se eleve a 10 libras por hora. Ahora mismo está a punto de ajustarse de £7.50 a £7.83 para los mayores de 25 años. Los menores de 18 pueden obtener solo £4.05 y los aprendices £3.50.
Una de las prácticas más irresponsables…
En México y otros países de latinoamérica es común encontrar aprendices no remunerados bajo esquemas de prácticas profesionales, independientemente al servicio social obligatorio que prestan los profesionales en el país como requisito para obtener un título universitario.
El esquema se presenta como una oportunidad para estudiantes y recién graduados de colaborar con una organización a cambio de experiencia. En los mejores casos se ofrecen compensaciones económicas que difícilmente alcanzan para cubrir gastos de transporte. Bien podría llamarse una de las prácticas irresponsables más aceptadas en el mercado laboral, porque lo cierto es que muchos de estos jóvenes trabajan largas jornadas sacando copias, controlando archivos o sirviendo café.
En 2013, Editorial Condé Nast se vio obligada a cerrar su programa de pasantías luego de que dos becarios presentaran demandas contra la corte de Manhattan alegando incumplimiento de las leyes laborales federales y estatales, ya que la empresa presuntamente les pagó menos del salario mínimo por turnos de más de doce horas.
¿Qué hacer entonces?
La brecha salarial entre directivos y trabajadores no es la única que las empresas deben atacar con urgencia. Género, origen y condición física son a menudo criterios de discriminación salarial en las organizaciones.
No es una sorpresa que en la mayoría de las empresas el sueldo de otros sea un misterio. Lo mismo sucede con los criterios de asignación salarial y los requisitos que debe cumplir un colaborador para ser candidato a un incremento.
En este sentido, algunas empresas han descubierto en la transparencia salarial el camino para alcanzar la equidad.
Plataformas como Glassdoor, en la que los empleados dan a conocer de forma anónima su salario y otros elementos de la cultura empresarial, han contribuido a dar enormes pasos en esta dirección. Sin embargo, la empresa que dio la vuelta al mundo con su política transparente es Buffer, ya que desde su creación decidió tener total apertura.
Cuando la compañía comenzó estaba compuesta solamente por los tres cofundadores; todos ganaban lo mismo y lo sabían. Al contratar a más personas mantuvieron esta transparencia, dando a conocer no solo cuánto percibe cada empleado sino también cómo se realiza el cálculo para decidir sueldos. En 2014 fueron noticia por llevar más lejos su idea al publicar en su blog toda esta información.
Por su parte, SumAll, una plataforma de análisis de redes sociales. Dane Atkinson, su fundador, quería acabar con la rotación de empleados y veía a las negociaciones salariales como una causa de este problema. Por eso se decidió no solo por una política de transparencia, sino por un sistema que evita basar el salario en negociaciones personales.
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