No existe un automóvil ecológico. Es una verdad enunciada por Greenpeace; y es que no sólo se trata del combustible, sino de los procesos de manufactura y los materiales utilizados en el sector automotriz.
A sabiendas de ello, gran parte de la industria está pugnando por compensar su huella ecológica. En este marco, las acciones tomadas por Johnson Controls, para su marca de acumuladores líder en México, LTH, son extraordinarias.
En una de sus muchas acciones, la empresa arrancó en alianza con Expok —expertos en RSC— y Preservamb, asociación civil que se ocupa de generar conciencia ecológica, un programa de educación ambiental, cuyo objetivo es promover la conservación de los recursos naturales. Esto a través de un acercamiento con las escuelas del DF y área metropolitana, para promover visitas a las áreas naturales protegidas del Parque Desierto de los Leones y el Bosque de Tlalpan.
En estas visitas, los niños ejecutan actividades en las que se promueve la sensibilización sobre estos temas. Entre las varias acciones que realizan durante su jornada, está el sembrado de una planta en una maceta fabricada de material reciclado de los mismos acumuladores de LTH. Asimismo se entregan en cada escuela, CD’s con material educativo de apoyo para el profesorado.
La acción es parte de su estrategia socialmente responsable, «LTH por un mundo mejor», que incluye entre otras ejecuciones, el reciclado de acumuladores al término de su vida útil, la gestión de una planta con Proceso Verde certificado y una campaña multimedios sumamente interesante.
El programa con los niños no sólo educa a las futuras generaciones, promoviendo en ello la sustentabilidad, sino que, con gran visión de mercado, crean afinidad con los stakeholders actuales (leéase los padres de los pequeños), además de sembrar desde ya en los infantes, un posicionamiento «ecológico» de la marca.
Esto, sin duda alguna, demuestra que se puede generar marketing inteligente, engarzado en un plan de responsabilidad social altamente rentable.