Por: María José Evia H. Google
Cuando terminó el 1er Encuentro internacional de blogueras del DH Fest, organizado por Fundación Cinépolis, mi libreta estaba llena de apuntes y citas. Malaika Mahlatsi (Sudáfrica), Judith Torrea (España/México), Caludia Calvin (México), Afrah Nasser (Yemen) y Heba Afify (Egipto) son ampliamente citables porque son blogueras, o tal vez han logrado ser blogueras de éxito por su capacidad para comunicar sus vivencias y afiliaciones políticas. Hablando de política, hubo mucho de eso también en el Encuentro.
Aunque el tema oficial del evento era «#El empoderamiento de la mujer a través de las redes sociales» (aquí tengo que hacer una nota a los organizadores: no es obligación incluir un hashtag cuando se habla de tecnología) de lo que más se habló fue del estado actual de las cosas y cómo la Web 2.0 funciona como una herramienta de organización y cambio. Mi conclusión después de escuchar a las cinco ponentes fue que todas ellas ya estaban empoderadas, siendo sus blogs una consecuencia natural de esto, no los causantes.
Pero regresemos al principio: desde antes de las cinco de la tarde se formó una cola afuera del Claustro de Sor Juana. Una mayoría de mujeres esperamos con buena disposición hasta pasadas las seis para entrar al recinto. Como más tarde mencionó Claudia Calvin («Sor Juana hubiera sido bloguera»), el lugar se sentía especialmente adecuado.
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Después de la breve participación de Frank LaRue (Relator Especial de Naciones Unidas sobre la promoción y protección del derecho a la libertad de opinión y de expresión) y de un comienzo un poco accidentado por fallas en el sistema de traducción simultánea, las blogueras comenzaron a contar sus historias, moderadas por la periodista Carmen Aristegui.
Mi impresión fue que todas esperaban más diálogo que simple exposición, pero el tiempo y el formato del evento no lo permitieron. Aún así, desde las primeras palabras de Afrah Nasser (quién confesó su admiración por la moderadora) los espectadores pudimos notar que estas mujeres no sólo tenían mucho que decirnos acerca de los problemas de sus países, sino también sobre México.
Nasser mencionó que este país es terriblemente inseguro para periodistas, Afify dijo que reconoció en los disturbios del dos de octubre (de 2013, no de 1968) mucho de Egipto, Mahlatsi habló de la corrupción de su país, espejo de la del nuestro, y citó a revolucionarios latinoamericanos, mientras que Torrea narró con una gran mezcla de cariño y frustración el día a día de Ciudad Juárez.
Otro punto en común: todas ellas parecen tener una compulsión por contar su historia y por conectarse con las de otros. Claudia Calvin explicó que nunca fue una persona con gran interés por la tecnología, pero cuando notó que en México las mujeres representan sólo el 15% de los blogs decidió crear la plataforma Mujeres Construyendo. Por su parte, Judith Torrea comenzó su blog cuando notó que los periódicos no reportaban las realidades de Ciudad Juárez. Heba Afify debutó como periodista unos días antes de las históricas protestas en su país; estando en medio de todo lo que sucedía, dejó sus convicciones anti-redes sociales y usó su smartphone como una herramienta periodística más. Afrah Nasser relató que buscaba una fuente donde informarse sobre la revolución en Yemen, y cuando no la encontró decidió crear una. Finalmente, para Malaika Mahlatsi conectarse a internet fue una forma de encontrar a personas afines, lejos de su pueblo natal, y organizarse en un grupo radical Pan Africanista.
Todas hicieron también afirmaciones polémicas («Nuestra revolución fracasó», fue una de las primeras frases de Afrah Nasser, mientras que Torrea recordó que se cumplen 20 años de feminicidios en Juárez «y parece que ya no es noticia»), pero Malaika Mahlatsi fue la más radical y la más aplaudida. Me sigo preguntando si fue porque las historias trágicas de su vida, que ella contó con total aplomo y dignidad, nos parecían muy lejanas o muy cercanas. Cuando afirmó que no hay revolución sin violencia, que no debemos hablar de ella si no daríamos la vida por esos ideales y que además el futuro necesariamente será izquierdista… ¿lo vimos como un futuro inmediato o como la valentía de alguien con quién no tenemos mucho en común?
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Mhalatsi comenzó su participación mencionando al «Che» Guevara y continuó explicando que, contrario a la creencia popular, el fin del apartheid no significó el fin de la represión a la raza negra en su país: «el tipo de vida que tenemos los jóvenes negros es lo más brutal», dijo. El poder está en una élite y «la inequidad sistemática del sistema judicial no ayuda a los oprimidos». Por esta razón, para ella la única solución sustentable sería un régimen cercano a la izquierda. Al vivir en un pueblo pequeño, la única opción para ella fue encontrar en internet a jóvenes con sus mismas ideas. En la sesión de preguntas y respuestas, dio otra declaración que fue recibida con aplausos: «Nadie te va a dar tu libertad, tienes que luchar por ella». Twittea esto
Carmen Aristegui intentó conciliar y cerró la sesión de preguntas y respuestas afirmando que ella cree en el poder de la información y de las nuevas tecnologías para cambiar la realidad. Heba Afify dijo que la revolución está dentro de nosotros, no en los hechos externos. Judith Torrea se manifestó muy esperanzada. Pero fueron las palabras de Malaika las que quedaron como un eco y a las que efectivamente les hizo eco un trío de jóvenes que gritó una consigna revolucionaria que se escuchaba muy bien ensayada.
María José Evia Herrero. Coordinadora de Contenidos y Medios en Expok.
Comunicóloga por la Universidad Modelo. Ha sido niñera, repostera, Community Manager, nerd, periodista cultural, maestra de preparatoria, asistente de dirección y ahora Coordinadora de Contenidos y Medios en Expok. En sus tiempos libres es una blogger indisciplinada pero divertida.
Es también una consumidora irredenta de libros, películas, postres, televisión, social media, crítica de género y moda. Para compensar, escribe sobre todos estos temas. Se incorporó a la autoría de este espacio desde 2012. Su Flavors.
