La luz artificial permite a millones de personas en el mundo estar despiertos hasta muy entrada la noche, pero el precio que los seres humanos podrían pagar por esa iluminación extra es la obesidad o el sobrepeso, de acuerdo con un nuevo estudio.
Este mundo ya no es gobernado por el Sol, cuando las actividades cesaban con la noche, ahora la luz artificial permite que las personas permanezcan en vigilia hasta el amanecer, alterando el reloj biológico interno.
Aunque existe una creciente evidencia que sugiere que estos desórdenes del sueño influyen en el sobrepeso u obesidad, una nueva investigación en ratones encontró que la exposición diaria y prolongada a la luz artificial inhibe la quema de grasa corporal.
Científicos holandeses llevaron a cabo un estudio con roedores que mostró cómo el tejido adiposo de los ratones, que también está presente en el cuerpo de las personas, se ve afectado por el aumento a la exposición a la iluminación artificial.
Muchos mamíferos tienen dos tipos de tejidos que almacenan la grasa, el marrón (que produce el calor de la metabolización de su contenido) y el blanco (que libera las reservas de energía para alimentar a otras células).
Por años, los investigadores han estudiado la forma de poner en acción a la grasa marrón para estimular la pérdida de peso. Han identificado una proteína adrenérgica que, cuando se activa, estimula las células de grasa marrón para producir más calor y quemar más grasa.
Para poner a prueba la relación entre la exposición de la luz artificial y la actividad de la grasa marrón, los científicos expusieron a grupos de ratones a la iluminación artificial durante 12, 16 y 24 horas por día y vigilaron sus niveles de esa proteína.
Los especialistas también supervisaron la velocidad a la cual las moléculas de energía tales como glucosa y ácidos grasos se absorben en el torrente sanguíneo por la grasa marrón para probar su el tejido utilizaba menos energía.
Ambos indicadores mostraron la misma tendencia: la grasa marrón en los ratones expuestos a periodos más prolongados (16 o 24 horas) en comparación con un lapso de 12, absorben menos nutrientes de la sangre y quema menos grasa como resultado de la reducción de la proteína.
Para agravar el problema, las moléculas grasas que quedan en el torrente sanguíneo fueron absorbidos en otros lugares, a menudo en el tejido adiposo blanco que forma la grasa corporal que causa obesidad, afirma Patrick Rensen, bioquímico de la Universidad de Leiden.
Como resultado, los ratones que recibieron los prolongados baños de luz obtuvieron entre 25 y 50 por ciento más grasa, a pesar de comer y caminar la misma cantidad que el grupo de 12 horas.
Los resultados, publicados en un artículo de la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), podrían conducir a nuevos caminos para contribuir a la pérdida de peso en los seres humanos.
Fuente: Ferriz.com
Tiene lógica!!! Qué horror! Yo soy una desvelada!!!